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Día festivo para el fútbol riojano

Partido de Copa: día festivo para el fútbol riojano

David Silva, dicen por San Sebastián, está viviendo una segunda juventud. Se parece cada vez más a ese futbolista diferencial que levantó una Copa del Mundo en Sudáfrica. Take Cubo, tras su participación en Qatar con Japón, finalmente será baja, “por precaución”, ha afirmado Imanol Alguacil, técnico txuri-urdín en la previa del encuentro. Shorloth viene de marcar en Liga ante Osasuna. El gigantón está en racha. Baila, a pesar de sus centímetros, sobre la pelota. Brais Méndez hubiera marcado su penalti ante Marruecos de haber estado convocado. Guevara, Merino, en el eje; Rico, Artiz Elustondo, Zubeldia… atrás; Remiro, bajo palos; y por si fuera poco, que no lo es, en la delicia para la noche del miércoles hay que añadir la vuelta de Mikel Oyarzabal, que hubiera sido capital en Qatar, y la presencia de un riojano, de Pablo Marín, con opciones realmente muy importantes de ser titular ante la UD Logroñés, como ya lo fue en liga cuando se enfrentaron el filial y el conjunto blanquirrojo.

Terceros en liga, líderes en su grupo de la Europa League, la Real Sociedad levantó hace dos años el título de Copa, y sus seguidores dan fe de ello: ganar mola mucho y repetir tiene que ser una sensación extraordinaria. Así que los dieciseisavos de final son tan importantes como la final. Sin el partido este miércoles de Las Gaunas no hay título posible. Y la Real lo afronta con el honor de un escudo que representa Imanol Alguacil a la perfección. “Buuffff, es que están todos con muchas ganas. Todos quieren jugar. Están todos preparados”, explicaba este martes por la mañana un técnico que ha pasado por el barro de la Segunda B hasta tocar el cielo con el equipo de su tierra. Y que le ha hecho un regalo a la hinchada blanquirroja: “Zourdine Thior es el Dembelé de Orio”. Acierta el técnico, visto el rendimiento del francés…

FOTO: Real Sociedad

Alguacil no se va a quejar del césped de Las Gaunas tras jugar y ganar la ronda anterior en Coria. Y eso que el césped ha sido mejorado a toda prisa para dar mejor imagen que contra el Albacete. Y esto, lo de mejorar el terreno de juego, le sienta fatal a la UD Logroñés, que en Segunda le pasó factura tener una mejor superficie. Pero este equipo de Natxo González es distinto.

Tan distinto que nadie sabe qué puede esperarse de estos futbolistas esta tarde noche de miércoles (19 horas) en Las Gaunas. O el equipo superado por los acontecimientos de la mayoría de partidos de esta primera vuelta del campeonato, o el conjunto unido, aguerrido, fuerte y con buen trato de balón de pocas citas en liga pero sí de la ronda anterior ante el Albacete. Sin ‘9’ de referencia (por las bajas de Clau Mendes, Schutte y Vinicius), un ex realista, el joven arnedano Jorge Martínez Losa, se presenta como una opción todavía demasiado arriesgada tras una dura lesión de rodilla. “Lleva una semana trabajando con nosotros. Y llevaba siete u ocho semanas entrenando con la Real. Está bien. Veremos qué decisión tomamos”, explicaba en la rueda de prensa previa a la cita Natxo González.

UD Logroñés – Badajoz | Foto: Edu del Campo

 

En lo deportivo, la diferencia entre uno y otro equipo es abismal. En lo social este partido supone un descubrimiento de lo que puede ser y todavía no es. Porque en la grada, una ciudad puede competir contra otra en cariño, emoción, pasión, entrega e ilusión aunque su equipo sea inferior. Basta con acercarse a Las Gaunas. Pero por culpa de la pandemia, el fútbol riojano no pudo ver el movimiento que genera un partido de fútbol de la Liga de Fútbol Profesional. Los comerciantes, los políticos, los hosteleros, los hoteleros… no pudieron ver en Logroño a seguidores del Sporting de Gijón, del Oviedo, del Zaragoza, del Castellón… No se vio por la capital lo que este miércoles tanto convencidos como descreídos van a presenciar: la fiesta navideña del fútbol riojano con un llenazo histórico en Las Gaunas, con más de 3.500 realistas disfrutando por la ciudad, con la hinchada de la UD Logroñés gozando de esta cita por fin con el fútbol profesional, y con una experiencia que debe servir para constatar que donde habitualmente caben 4.000 también caben 15.000. Y entonces, la fiesta del fútbol no se produce una vez cada lustro, o cuando se juega el playoffs de ascenso. Porque el fútbol del bueno solo trae cosas buenas.

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