Cualquier seleccionador que aspire a conseguir una medalla en los próximos Juegos Olímpicos debería plantearse seriamente la posibilidad de alistar a un portero riojano. Porque en las dos últimas ocasiones en que España ha subido un podio olímpico, ahí había un guardameta de la región para proteger las redes.
Un joven Dani Aranzubía se hizo un hueco en la mejor generación de la historia del fútbol español (sumen los trofeos internacionales conquistados por los Xavi, Puyol, Albelda, Marchena o Capdevila) para representar a España en Sidney. El de Fuenmayor cayó en la final contra Camerún, pero tuvo el privilegio de ser el primer riojano en colgarse una medalla olímpica al cuello con carácter oficial (anteriormente otros seis deportistas de la comunidad conquistaron el oro en deportes de exhibición).
Ahora, 21 años después, Álvaro Fernández ha tomado el testigo de Aranzubía y, junto a Luis de la Fuente, ha vivido en primera persona un hito que se recordará durante décadas por su grandeza. El arnedano no ha podido debutar en la cita más importante para un deportista, pero la aportación del grupo siempre merece ser tomada en consideración en disciplinas de equipo.
Formado en el CD Arnedo, su talento despertó en el interés de los ojeadores desde edades bien tempranas. De hecho, a los siete años la Real Sociedad ya le ‘tiró la caña’ para disputar diversos torneos y le seguiría llamando hasta la adolescencia. Como el gran valor que se confirmaría años más tarde, el guardameta debutó con solo 15 años en el equipo de su tierra en Tercera División en la temporada 2013-2014 y su despegue no se haría esperar.
Álvaro Fernández
Otra de las canteras más respetadas del país, la de Osasuna, lo reclutó en 2o15 y solo un año más tarde, sin haber cumplido los 18, ya debutaba en Primera contra el Villarreal. El portero riojano se confirmaba como uno de los porteros jóvenes más destacados del mundo y, como tal, el Mónaco de Kylian Mbappé apostó por él, ofreciéndole un contrato por tres temporadas en el verano de 2017. Su marcha al principado derivó en el trago más amargo de su precoz carrera, ya que Osasuna le llevó ante los tribunales acusándole de romper su vinculación con el conjunto navarro.
El idilio del arnedano con el Mónaco acabó al año siguiente, cuando decidió volver a España para ganar protagonismo y minutos de competición. El tiempo le ha dado la razón al joven portero, que recaló en calidad de cedido en el Extremadura de Segunda División. En el Francisco de la Hera recuperó minutos y confianza, jugándolo todo en la segunda vuelta del campeonato, y el Huesca le encomendó la defensa de su portería hasta 2023 para volver a Primera el año siguiente.
En pleno carrusel de mudanzas, el arnedano se ha consolidado como portero titular en la selección sub-21 de Luis de la Fuente, que ha vuelto a demostrar su confianza en él llevándolo a Tokio para conquistar juntos la primera plata del fútbol español desde Sidney 2000. Por si fuera poco, la alarma por un posible brote en la selección absoluta sirvió en bandeja el sueño más perseguido por Álvaro Fernández, que se convirtió en el octavo riojano en debutar con el combinado nacional en un encuentro preparatorio de la Eurocopa frente a Lituania (4-0).
Pese a todo lo conseguido hasta la fecha, apenas 23 años contemplan a Álvaro Fernández, el valor de futuro más importante del fútbol riojano que es ya garantía de éxito en el presente.
