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El ciclismo más clásico regresa a Cenicero con 160 veteranos de las dos ruedas

Cada mes de junio, cuando las viñas tiñen de verde el paisaje riojano, el Ciclismo Clásico no falta a su tradicional cita en Cenicero. Este año no podía ser menos. Superando todas las dificultades, 160 amantes del deporte de las dos ruedas se han congregado en la localidad riojalteña durante este fin de semana.

Rioja y Pedal, el club de voluntarios cenicerenses que organiza la prueba, ha dejado el pabellón bien alto en su primera edición. Se nota la experiencia que tienen y la tradición ciclista de Cenicero. Tiempo soleado, ruta accesible (con una demoledora subida a Clavijo) y buen vino, las claves de su éxito.

BH, Bianchi, Peugeot, Zeus, Razesa…, muchas de ellas con más de 50 años en la carretera, han recorrido el espectáculo natural que es La Rioja en primavera. Maillots de lana, cables por fuera, rastrales enfundados en los pedales, pesados cuadros de hierro y tacaños desarrollos para generosos repechos.

Así era (y es) el ciclismo de los valientes, de Ocaña, Merckx o Bahamontes, una modalidad que cada vez tiene más seguidores. ¿Su secreto? No hay prisas ni rivales. En estas marchas cicloturistas hay tiempo para todo: bajarte de la bici, hacer mil fotos, retomar el camino, brindar con Rioja con las nuevas amistades y, antes de despedirse, quedar para la siguiente.

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