Sucesos

Cuzcurrita da el último adiós a Guillermo a ritmo de jotas: “Gratitud, amor y fe”

Crimen de Cuzcurrita: jotas para despedir a Guillermo Castillo

Cuzcurrita de Río Tirón ha brindado este sábado, 346 días después de su asesinato, una sentida y calurosa despedida a Guillermo Castillo. La iglesia de San Miguel Arcángel de la localidad se ha quedado pequeña para albergar a los cerca de 250 familiares, amigos, conocidos y clientes de la bodega del popular hostelero, que casi un año después ha podido, al fin, recibir sepultura.

Desde que el pasado 2 de mayo apareciese el cadáver de Guillermo (de 78 años en la fecha de autos) en su vivienda, con evidentes signos de haber sufrido una violencia extrema, la familia ansiaba la llegada de esta jornada imprescindible en el proceso de duelo, en la que han podido constatar una vez más el apoyo incondicional de una localidad y una región consternada por la brutalidad del crimen de Cuzcurrita.

A la lógica paz derivada de una digna despedida al popular hostelero se une cierta resignación por parte de la representación legal de la familia Castillo, que ha peleado hasta la última instancia una ampliación de los informes forenses, pues considera que existen imprecisiones sobre el momento en que se produjeron algunas de las lesiones, esto es, si los asesinos se las infligieron antes o después de su muerte.

En cualquier caso, el entierro ha servido para recordar a Guillermo como la alegría de un municipio que -como ha reseñado uno de los tres sacerdotes que han oficiado la ceremonia- desde su ausencia vive “triste, desconcertado, apenado e indignado”. “Todos repetíamos en su bodega porque Guillermo se hacía con el comedor cantando y a mitad de la comida ya nos conocíamos todos”, ha añadido.

Aunque las palabras más sentidas han sido las de su hija Yolanda, que ha resumido en “gratitud, amor y fe” el duro trance que le toca atravesar desde el pasado mes de mayo. “Son estas tres palabras las que en el último año me han permitido tirar para adelante. La gratitud de toda esa gente que me ha dado la fuerza de creer que era posible vivir sin mi padre, el amor que he recibido incluso de gente que jamás podía imaginar y la fe por saber que algún día disfrutaré con mi padre y empezaremos a cantar jotas y a reírme”, ha expresado, visiblemente emocionada, para exclamar: “¡Viva mi padre!”.

Guilllermo sigue siendo el rey

La ceremonia para despedir a Guillermo Castillo ha estado marcada, por expreso deseo de su familia, por las jotas que tantas veces en vida entonó en el salón de su bodega. Tres imágenes del hostelero han presidido el altar de la parroquia de San Miguel, con siete coronas de flores de amigos y familiares, de entre las que desatacaba la de su hija, con el mensaje: “Te quiero, Yolanda”.

Al término de la función religiosa, ya en el exterior del templo, se ha producido el momento más emotivo de la jornada. Una formación vocal ha interpretado la ranchera favorita de Guillermo, ‘El rey’, que no dudaba en brindarle a la clientela de su bodega.

A la espera del juicio

En este traumático proceso para la familia de Guillermo Castillo ya solo queda el paso más importante. En las próximas semanas se celebrará el juicio contra los dos presuntos asesinos del hostelero -aunque la acusación particular cree que en el macabro plan participaron más individuos que los señalados por la instrucción-, Antonio y Carlos, dos delincuentes comunes con un amplio historial a sus espaldas.

Uno de ellos, nacido en Portugal y vecino de Logroño, es un viejo conocido de la cárcel riojana y se encontraba bajo tercer grado en el momento del asesinato. De hecho, en la fecha de autos se presentó en la vivienda del hostelero con una pulsera telemática para el control de las instituciones penitenciarias, lo que permitió a la Guardia Civil situarlo en la escena del crimen.

A sus 53 años acumula más de una veintena de detenciones, la penúltima de ellas (actualmente está en prisión por el crimen de Cuzcurrita) por atracar a finales de julio -cinco meses después de asesinar a Guillermo Castillo y “con total tranquilidad”- una sucursal bancaria, empleando para ello una pistola y un arma blanca. No era el primer banco que asaltaba con arma de fuego y en sus antecedentes destacan las detenciones por robo con intimidación en establecimientos comerciales.

El otro detenido, de 38 años, nacionalidad española y vecino en Pradillo, también le constan numerosos antecedentes penales. La Guardia Civil también detuvo por esta causa a su pareja sentimental, de 59 años, aunque esta quedó en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial.

El pasado 26 de enero el juzgado que instruye la causa ordenó una reconstrucción de los hechos en la que Antonio y Carlos volvieron a defender relatos contrapuestos sobre lo sucedido en la noche del 1 de mayo. Mientras uno de los detenidos asegura que esperó a su compañero en un vehículo y no participó directamente del asesinato, el otro no solo lo sitúa junto a él en la escena del crimen, sino que además sostiene que “se tiró y aporreó a Guillermo”, verbalizando en varias ocasiones que “hombre muerto no declara”.

Todo, con tal grado de violencia que el abogado Marcos García Montes llegó a afirmar tras la reconstrucción que a Guillermo “lo torturaron hasta dejarle la cara irreconocible” y que “es el asesinato más brutal que he visto en mis 52 años de trayectoria”. El grado de implicación de Antonio y Carlos en el brutal asesinato será el principal reto para el jurado popular al que se ha encomendado el veredicto cuando se desarrolle uno de los juicios más esperados en los tribunales riojanos.

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