Aunque parezca impropio de tierra de secano, los calamares a la romana (o a la andaluza) son, junto a las patatas bravas, el plato estrella en el vermú sabático y dominical de los logroñeses. Tanto, que hasta en Tricio se han puesto a pescarlos.
El cefalópodo plato admite diferentes presentaciones: con huevo o sin él, con harina de garbanzo, de trigo o de maíz. Chipirones, puntillas, chopitos rabas…; con forma de anilla, como donettes; en trozos gruesos y esponjosos, como churros; o en delgadas varitas con fino rebozado, que es como los ofrecen en el Sella, un clásico de las tardes futboleras camino de Las Gaunas que los fines de semana a mediodía se pone a rebosar.
Aquí, la cobertura es sutil y crujiente, nada aceitosa, como una tempura. La carne que envuelve, tierna y firme al mismo tiempo. Un vermú preparado ‘de la casa’ se antoja buena compañía para el plato, que se puede rematar con sus también celebradas bravas (doraditas y sin tomate: sólo mayonesa y pimentón picante) o cualquiera de los pinchos que elabora Agustín con escuadra y cartabón.
Bar Sella. República Argentina, 48 (Logroño). (Calamares: 7,50 €).
