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Diego Martínez: “Quería irme del Calahorra por la puerta grande”

Durante la noche de este lunes pillaba a la prensa por sorpresa la convocatoria que el Calahorra hacía a los medios de comunicación. “Martes, siete de la tarde, instalaciones de La Planilla, estarán presentes Eduardo Arévalo y Diego Martínez”. Solo podían ser dos cosas: la renovación o el adiós del míster. La rumorología comenzó a funcionar entre los que sabían de la cita de los medios con el club. Dimes y diretes que se acrecentaban a lo largo de la mañana del martes y una decisión tomada que muy pocos sabían hasta la fecha señalada.

Las sonrisas de los protagonistas de la rueda de prensa no hacía presagiar el desenlace final. Sí que Tomás Lorente, presidente del club, no compareciese. Eso hacía evidenciar que Diego Martínez se iba. Solo quedaban por saber los motivos del adiós del técnico.

“Es una decisión totalmente personal, creo que es lo mejor para el club y para mí: emprender caminos separados”, decía Diego Martínez nada más comenzar una intervención en la que solo tuvo palabras buenas para el club. “Me ha puesto la renovación en la mano, pero son decisiones que uno toma con la intención de hacerlo lo mejor posible”, proseguía. Un entrenador que siempre elige su destino. Lo hizo cuando se fue del Náxara para esperar que llegase el momento de entrenar en el Calahorra. Ahora lo hace a la espera de… solo él lo tiene en la cabeza.

Asegura que no hay ofertas de otros clubes. Revoloteó el nombre del Logroñés entre los periodistas pero Diego lo negó. No le faltarán ‘novias’ en cuanto en el mundo del fútbol se sepa la noticia. Tendrá que pensarlo y meditarlo, de momento lo que quiere es descansar, dedicarle tiempo a la familia. “Ha sido una temporada muy complicada psicológicamente, ha sido tremendamente dura, cada semana era un reto, no se podía fallar en ningún momento”, comentaba en rueda de prensa. “Es como si hubiesen sido cinco temporadas en una”, apostillaba después, pisando por última vez el césped de La Planilla.

Quizás a Diego Martínez le quedaba poco por conseguir en el club. “Quería irme por la puerta grande”, reconoce. La temporada, con un final apoteósico con la participación de un playoff de ascenso a Segunda, era casi imposible de superar en la próxima temporada. Pocos objetivos que conseguir para un entrenador que vibra con cada reto que se le pone por delante.

A pesar de todo ello, hoy no ha sido un día fácil para Diego Martínez. “Siempre me siento mal cuando dejo un proyecto pero es una decisión muy meditada. Es duro porque los sentimientos están a flor de piel, pero somos profesionales y hay que entenderlo; no podía traicionarme a mí mismo”, decía.

Y así lo ha hecho el club. “Nos hubiese gustado que siguiese pero respetamos totalmente su decisión, como no podía ser de otra forma”, decía Eduardo Arévalo al que además de una relación profesional le une a Diego una relación personal desde hace varios años.

De momento la entidad sigue trabajando y lo hace en dos vertientes. Por un lado habrá que conseguir que renueven buena parte de los jugadores de este año y por otra encontrar un nuevo entrenador. “De momento vamos a seguir trabajando en las renovaciones, el club no se puede parar por esta situación”, decía Arévalo.

Minutos después, en el campo daba la sensación de que nadie quería irse de La Planilla. Diego Martínez rememoraba con Héctor Merino cada uno de los partidos de la temporada. Hacían hincapié en los fallos, que no han sido demasiados, y en los logros, cuyos frutos se verán la temporada que viene. “Tenéis que hacerle llegar a La Planilla que el año que viene este campo tiene que ser un fortín…”, último regalo de Diego Martínez en forma de consejo. Háganle caso.

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