De nuevo el silencio y la extrema prudencia son las respuestas oficiales en torno al ingreso del jefe del Frente Polisario en Logroño, donde está siendo atendido de graves problemas respiratorios.
“Razones humanitarias” es todo lo que ha apuntado este lunes la ministra de Sanidad, Carolina Darias, cuando los periodistas le han preguntado por qué el Ministerio ha elegido el sistema sanitario riojano (el segundo con mayor ocupación de camas UCI del país) para atender a Brahim Gali de sus problemas de salud.
Darias se ha remitido a las explicaciones ofrecidas el pasado viernes por la responsable de Exteriores, Arancha González Laya, que confirmó la presencia del líder del Polisario en España, aunque sin precisar el lugar exacto donde está ingresado ni las circunstancias en que se produjo su traslado.
El ingreso de Brahim Ghali en Logroño ha provocado una pequeña crisis diplomática entre España y Marruecos, país que ha mostrado su “decepción hacia este acto contrario al espíritu de partenariado y de buena vecindad y que tiene que ver con una cuestión fundamental para el pueblo marroquí y sus fuerzas vivas”.
“Por qué España creyó útil no avisar a Marruecos? ¿Por qué optó por su admisión bajo una falsa identidad?¿Por qué la Justicia española aún no ha reaccionado a las múltiples denuncias presentadas por las víctimas (contra Brahim Ghali?”, se pregunta el Gobierno marroquí, que ha convocado al embajador español en Rabat para pedirle explicaciones sobre la presencia del jefe del Frente Polisario en Logroño.
Imputado por crímenes de lesa humanidad
El líder saharaui, de 73 años de edad, está imputado por la Audiencia Nacional desde 2016 por delitos de genocidio, asesinato, torturas y desapariciones contra los disidentes saharauis refugiados en Argelia.
Según publicaba ‘Jeune Afrique’, el jefe del Polisario habría alcanzado un acuerdo con las más altas instancias españolas para poder recibir tratamiento médico sin ser entregado a la Justicia del país.
