Juanjo Belmonte ha sido elegido recientemente como nuevo presidente de la Federación Riojana de Pelota y espera fomentar este deporte en todo el territorio riojano. Su problema, la pandemia. Como a todo el mundo, ha alterado todos sus planes: los chavales llevan desde marzo de 2020 sin practicar a nivel de competición (desde las últimas finales, justo antes del coronavirus). Casi un año de pausa que puede tener sus estragos. Aún así, el responsable se muestra ilusionado y cuenta a NueveCuatroUno sus planes de cara a su legislatura.
En primer lugar, pone énfasis en la formación de los jóvenes: “Queremos promocionar la pelota base y hacer más trabajo de captación. A muchos chavales se les han quitado las ganas de jugar. Tendremos que fomentar la pelota base y hacer más trabajo de captación a lo largo de toda La Rioja”. En ese sentido, también espera impulsar el sector femenino, del que ve bastante progresión, al existir bastante niñas que jueguen actualmente. En global, calcula que las licencias rondan actualmente el medio millar y aspira elevar ese número: “Sé que es ambicioso, pero me gustaría llegar a mil”.
También valora los puntos fuertes que ya existen anteriormente: “Queremos mantener los festivales aficionados de los jueves en el Adarraga, es lo mejorcito que existe de la pelota aficionada. Que asistan trescientas personas a un frontón en partidos de esas características no lo tiene ni el País Vasco. Queremos hacer un campeonato con ellos, no dejar a nadie en el camino y, sobre todo, que la gente vaya a jugar al frontón”. Un Adarraga que ha quedado en un segundo plano respecto al circuito profesional, aunque ahí la federación riojana no puede influir demasiado porque “es cosa de las empresas”.
Lo que sí es posible es crear un vivero de jóvenes promesas y que de ahí alguna de ellas pase a nutrir el campo profesional. Para ello, las escuelas son fundamentales: “Yo estoy vinculado con la escuela de Briñas y la escuela de Haro. Nosotros en Briñas sí hemos estado entrenando, con más o menos intensidad, pero ahí estamos”. Belmonte cree que La Rioja Alta tiene un nivel adecuado de arraigo (Briñas, Uruñuela, Santo Domingo y Ezcaray).
También detecta debilidades: “En el Camero Viejo lógicamente no hay gente joven y en La Rioja Baja (Calahorra, Arnedo y Alfaro) estamos peor. De Logroño para arriba tenemos de sobra”. En los últimos años, Ezcaray ha destacado por su capacidad de crear profesionales (Gorka, Víctor, Darío…). No todas las localidades de la comunidad tienen esa suerte: “Hay zonas que están más dejadas y tendremos que trabajar en ellas”.
Apuesta por la denominación de origen
“La pelota es un deporte nuestro, lo que queremos es que el Gobierno y los ayuntamientos se vuelquen un poco, porque es un deporte nuestro. Antes de debutar Titín, Gorostiza y demás, ya teníamos aquí una locura (Barberito y demás estrellas). En los ochenta ya había una gran afición. En Haro, la Peña Pelota Jarrera, llegó a tener de 1.500 a 2.000 socios. El problema es que se cubrieron los frontones y la gente pudo dejar de acceder libremente”, explica Belmonte con cierta nostalgia.
“Tenemos que dar facilidades para que la gente, igual que va a una pachanga de fútbol o baloncesto, vaya al frontón. Tenemos base en aficionados y podemos progresar”, subraya. Con ese objetivo trabajará junto a Eloy Madorrán (director general de Deportes del Gobierno de La Rioja) y Rubén Antoñanzas (concejal de Deportes del Ayuntamiento de Logroño). Toca remar todos juntos en una época complicada.
