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El riojano Pau Quemada anuncia su retirada tras los Juegos de Tokio

El jugador de hockey hierba Pau Quemada (Logroño, 4 de septiembre de 1983) tiene grandes opciones de ser olímpico en Tokio 2020. Si el físico no le falla, el riojano disputará sus terceros Juegos Olímpicos, tras haber estado también en Londres 2012 y Río 2016. Costó sangre, sudor y lágrimas, pero la selección española solventó el Preolímpico tras vencer el doble cruce ante Francia en Valencia (3-3 y 3-2). Un esfuerzo máximo para una recompensa todavía mayor.

El jugador del Egara de Terrasa rememora esta clasificación: “Desde el momento que supimos que el rival iba a ser Francia, sabíamos que iba a ser muy complicado, aunque el hecho de jugar en casa siempre ayuda”. El pasado viernes, los galos se adelantaron por 0-3 al descanso, pero los españoles lograron neutralizar la ventaja y acabar el duelo en tablas. Un día más tarde tocó rematar el trabajo: “Hemos sido capaces de mostrar capacidad de entrega, sacrificio y humildad para sacar los partidos adelante”.

Una vez ya lograda la primera fase, los ‘redsticks’ lucharán por saborear metal en Japón: “Siempre que vamos a una competición miramos por lo más alto. Hemos cambiado la manera de trabajar, en el último Europeo demostramos que podíamos competir con los mejores. El objetivo siempre es dar lo mejor de nosotros mismos y luchar por una medalla”. En ese sentido, trata de aprender de la experiencia en Río 2016: “Quedamos segundos de grupo y perdimos en cuartos de final contra Argentina en el último minuto, luego ellos fueron campeones olímpicos”.

A nivel personal, Pau completó una gran temporada y logró proclamarse campeón de liga con el Egara: “Ganar siempre es muy difícil y fue un momento muy dulce. Jugamos a gran nivel deportivo en la pasada temporada, pero ya nos toca centrarnos en lo que viene”. Lo que se avecina es el inicio de una temporada, donde el bloque catalán quiere repetir entorchado: “Ganar siempre resulta más fácil que mantenerse arriba”. Borrón y cuenta nueva, en una liga especialmente volcada hacia la comunidad catalana. No en vano, casi todos los equipos proceden de ahí.

El logroñés reclama un paso hacia adelante de su deporte: “Estamos en una liga complicada, igualada, pero se tiene que subir una marcha. Tenemos presencia y calidad, pero falta un impulso y un poquito más de subvenciones para subir el nivel. En España no se hace esto y es amateur al cien por cien”. Y en ese sentido, explica incongruencias, bastante habituales en otras disciplinas: “Somos un deporte amateur, pero con una exigencia profesional. Creo que en breve se acabará de decidir si avanzamos o nos estancamos”.

A sus 36 años, Quemada pone fecha de caducidad a su vida deportiva: “En principio, el objetivo es hacer una temporada más a nivel de club y llegar a los Juegos, en el caso que tenga la suerte de formar parte del equipo. Después, dedicaría mi tiempo libre a otras cosas”. Para terminar, resume su experiencia deportiva en una sola frase: “Competir también te enseña a aprender del resto”. Y con esa premisa, disfruta de su último año en activo.

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