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Las treinta velas de la Guía de la Comunicación de La Rioja

*ARTÍCULO REALIZADO EN COLABORACIÓN CON EL GOBIERNO DE LA RIOJA

Mucho se viene especulando en los últimos años de la capacidad de las máquinas para espiar cada uno de nuestros movimientos. Esa canción que tarareas con un conocido y de repente aparece en tus recomendaciones de Spotify o esa información que buscas en Google sobre una ciudad y no dejan de llegarte ofertas de vuelo y alojamiento a ese destino. El ‘Big Data’, amigo.

Hace tres décadas, cuando internet era materia reservada a la ciencia ficción, el ‘Big Data’ ya estaba inventado en La Rioja y se llamaba Guía de la Comunicación. A finales de los ochenta a Luis Enrique González de Garay se le encendió la bombillita que hoy en día conocemos como Google: un directorio en el que localizar a toda persona o institución de la región. Y así nació en 1989 la primera edición de una guía en la que en la actualidad ‘caben’ casi siete mil personas y más de seis mil instituciones, organismos y empresas. En esta edición, la guía de la comunicación estrena nueva web y app de descarga gratuita vía App Store y Google Play.

La esencia del directorio editado por la Asociación de la Prensa de La Rioja mantiene la esencia de su primera entrega. “La estructura interna se mantiene desde entonces”, apunta Ana González, una de las integrantes de la hornada de periodistas que lanzó aquel primer número de la guía, destacando que “entonces teníamos más entusiasmo que medios, pero nos pusimos manos a la obra porque no contábamos con un documento que reuniese todas las herramientas que necesitábamos para trabajar”.

En aquella década de cambios todo era diferente al momento actual. No había ordenadores, por lo que “cada compañero se encargaba de una sección, llamando por teléfono y visitando diferentes empresas”. “Las dos primeras ediciones se lanzaron con carácter bianual, porque aprovechábamos las citas electorales para mantener la estructura de las Administraciones”, recuerda, destacando que “para las pequeñas asociaciones culturales de los pueblos más pequeños aparecer en la guía era importantísimo; igual no tienen ni una sede, pero ahí aparecía un teléfono que ofrecía la posibilidad de hablar con ellas”.

Nuevos tiempos

La informática ha facilitado las cosas, pero la labor de seguimiento sigue siendo ardua. Elena Martínez forma parte del equipo que ha editado la trigésima edición de la Guía de la Comunicación y explica que “no se ve todo el trabajo que hay detrás; estamos todo el año fijándonos en los cambios que se producen en la sociedad para luego reflejarlos en el documento final”.

Y a pesar de que las redes sociales han ido supliendo paulatinamente a los números de fax, “el principal valor de la guía es saber quién es quién; explicar la estructura interna de las organizaciones”. “La principal actualización este año ha ido encaminada a recoger los cambios de la Administración autonómica y la nueva estructura municipal, así como los principales cambios en los 174 municipios riojanos, que han sido fundamentalmente de médicos y párrocos”, explica Martínez.

Los tiempos han cambiado desde que hace treinta años la primera Guía de la Comunicación llegara a los quioscos y las librerías de La Rioja. En cambio, su esencia se mantiene intacta: si alguien tiene que decir algo en la región, su nombre y su forma de contacto  aparece en sus páginas.

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