Deportes

¡Milagro en Las Gaunas! Una remontada para aspirar a todo

Un gol de Marcos André sobre la bocina da la vuelta al partido frente al Bilbao Athletic (2-1)

Foto: Eduardo del Campo

Mismo guión este sábado entre la UD Logroñés y el Bilbao Athletic que el visto en el derbi riojano hace quince días en Las Gaunas. Un gol tempranero y un partido que salta por los aires. A tomar por c… todo lo pensado durante la semana. Sólo ha cambiado el final. Y vaya cambio. Bendito cambio para unos y desgraciado para otros. Alegría blanquirroja para parar un tren. “Que sí, joder, que vamos a ascender”, ha coreado el estadio nada más ha pitado el colegiado.

Marcos André ha marcado en el último suspiro. Cuando el empate parecía una realidad, el delantero de San Luis ha obrado el milagro. Tras un penalti no pitado por el colegiado, el balón ha caído en los pies del ariete brasileño y todo el público ha comenzado a bailar samba. Y a saltar de alegría. Y a abrazarse como si se hubiera declarado la paz mundial. Felicidad. Un 2-1 en el marcador para luchar por estar entre los mejores del Grupo II.

Sin cumplirse el primer cuarto de hora, Asier Benito ha adelantado a los cachorros de Lezama (0-1) con una doble ocasión que Miguel Martínez de Corta sólo ha podido evitar en el primer envite. Cabezazo. Paradón. Y el rechace, en los pies del capitán azul, para dentro desde prácticamente la línea de gol. Un mal inicio ha condenado a la UD Logroñés a ir por detrás en el marcador.

Ha tocado remar. Hacerse con el partido. Madurar el plan con un Bilbao Athletic superior en todas las facetas del partido. Poco a poco, los pupilos de Sergio Rodríguez han ido sobreponiéndose. El paso de los minutos le ha beneficiado a la escuadra logroñesa y cada vez iba encontrando más espacios. Víctor López y Ñoño han sido una pequeña pesadilla para la zaga vizcaína hasta que ha llegado el gol.

Arrancando desde el centro del campo, el ritmo brasileño tocaba a bailar samba. Flechas blanquirrojas hacia la portería de Etxebarría. Y pillados tan adelantados como nunca en toda la primera parte, ha bastado un pase adelantado a Ñoño para que se hiciera con el esférico. Tras un pequeño problema en el área por un mal control y una orientación demasiado escorada, el Messi de la Bahía se ha rehecho para ajustarla al poste con la tranquilidad que le caracteriza en cuanto camina en diagonal entre defensas. Disparo cruzado y vuelta a empezar (1-1).

Foto: Eduardo del Campo

En la segunda parte, ha tocado guardar la ropa. Ni Sergio Rodríguez ni Aritz Solabarrieta han querido un festival de goles sobre el césped de Las Gaunas. Líneas juntas, jugadas elaboradas y a buscar el fallo del rival. Más maduración al partido. Y mucho balón parado, donde la UD Logroñés ha ido también poco a poco encontrándose mejor. Le cuesta arrancar al motor blanquirrojo, pero una vez en marcha no hay quien lo pare.

El de este domingo se ha quedado a medio gas. Ni fu ni fa. Incapaz de crear peligro sobre la portería de Etxebarría, el encuentro se ha ido abocando a las tablas. Al empate. A la indiferencia. Entre la planicie futbolística de ambos equipos, dos detalles: el regreso de Jaime Paredes después de cinco meses en el dique seco y la expulsión de Iñaki en un calentón a falta de cinco minutos para el final.

Faltaba el giro de guión final. El infarto. El problema cardíaco para los más vulnerables. La UD Logroñés ha demostrado que es capaz de remontar. Su primera remontada de la temporada. El milagro. Marcos André ha empujado el balón con el alma y ha reventado las redes de Las Gaunas para hacer soñar a la afición blanquirroja. Toca celebrar. Tocar ser felices. Toca ser malos, que diría Pedro Sánchez. Otra victoria sobre la bocina para seguir vivos en la pelea.

Subir