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Una derrota blanquirroja por el gran trabajo del Mirandés y la falta de gol

Dos propuestas opuestas se han dado cita en Anduva. El Mirandés ha apostado por un juego físico, de mayor velocidad e intensidad. Los riojanos han seguido fieles a su estilo. Toque, posesión y paciencia para abrir huecos en las líneas rivales. La UD Logroñés ha alcanzado los tres cuartos de cancha, pero ha tenido más dificultades en definir el último pase, una constante en lo que va de temporada.

Ñoño ha sido el que más lo ha intentado. Flaño, su compañero de flanco, es un hábil defensor pero no brilla demasiado en ataque. Por ello, el gaditano ha tenido que ir a la guerra por su cuenta. A pesar de ello, ha ejecutado sus clásicas diagonales, generando peligro por sí solo. Pero no el suficiente para conseguir el tanto. A este equipo le falta gol. 13 tantos en 17 encuentros. Poca pólvora para competir en grandes escenarios.

La nota positiva ha sido el rendimiento defensivo. Pese a encajar un tanto, Caneda y Bobadilla se han mostrado muy sólidos, especialmente el vitoriano. Es sorprendente verle así con 40 primaveras. La UDL es menos frágil en área rival, pero su falta de acierto en la portería contraria le sigue penalizando, como ya le pasó frente a Bilbao Athletic y Sporting B. Miguel ha vuelto a brillar salvando al equipo en varias acciones.

Por otro lado, la baja de Marcos André ha restado capacidad de presión y trabajo a los logroñeses. El trabajo del punta brasileño es oro en esta categoría tan disputada. Su sustituto, Ander Vitoria, es un “9” más puro. Ha logrado retener varios balones y jugar de espaldas, pero no ha podido encontrar ocasiones claras. En la segunda mitad, la mayor aportación de Rubén Martínez ha multiplicado las opciones para los de Las Gaunas. No ha sido suficiente, en parte también por el trabajo del rival.

Los locales han sabido aprovechar bien sus armas. Álvaro Rey ha buscado en todo momento desbordar a Flaño. Apoyado por varios compañeros, el extremo ha podido alcanzar la línea de fondo y lanzar envíos al área de Miguel. Claudio Medina se ha encargado de hacer el trabajo sucio. En general, los jabatos se han mostrado sólidos y con las ideas muy claras. Si tocaba dar pelotazo, lo ha dado.  Tampoco les ha importado soportar posesiones largas rivales o jugar al contragolpe. Están diseñados para ello.

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