El chófer del autobús cuyo accidente se saldó con la muerte de dos niños de 5 y 8 años de edad –hijos de una terapeuta ocupacional en Logroño– en Estella el 17 de enero de 2020 ha declarado que el mismo día del fatal suceso avisó a los mecánicos de la compañía de transportes de un fallo en los frenos y les pidió que los revisasen.
El Juzgado de lo Penal número 2 de Pamplona acoge estos días la vista oral del juicio por el accidente mortal ocasionado por el autobús, que el día de autobús partió de Logroño con ocho pasajeros a bordo y perdió el control en la calle Carlos VII de Estella, chocando contra una gasolinera, arrollando a siete vehículos y atropellando a una mujer que resultó herida grave. Los dos menores fallecidos se encontraban junto a su madre (también resultó herida) en uno de los coches arrollados por el autocar.
El chófer -de 40 años y natural de Ghana- ha declarado ante el tribunal -tal y como recoge el diario Noticias de Navarra, al llegar a Logroño notó “un ruido muy raro y, al llegar a Estella se percató de que el vehículo circulaba sin frenos. Por este motivo “grité a los pasajeros que se agarrasen a lo que pudiesen” y optó por “irme contra los coches estacionados para intentar frenar el autobús”.
El conductor ha negado que confundiese el pedal del freno con el acelerador. “Solo pisé el freno en todo momento”, ha subrayado a preguntas de la fiscal, declarando que descartó usar el freno de mano “porque el autobús podría volcar”. “Si llego a saber que iban a fallar los frenos no me habría montado en ese autobús”, ha concluido.
La Fiscalía atribuye al chófer la autoría de dos delitos de homicidio y otros dos delitos de lesiones agravadas, ambos por imprudencia grave, por los que le pide tres años y nueve meses de cárcel, así como la retirada del permiso de conducir durante seis años.
