Sucesos

Acusaciones cruzadas en el crimen de Cuzcurrita: “Vi sangre en sus manos”

Los hechos ocurrieron hace casi un año, el 2 de mayo, pero aún son muchas las incógnitas que rodean uno de los sucesos más macabros de cuantos han sucedido en La Rioja. El crimen de Cuzcurrita continúa a la espera de juicio su autoría no está clara. Más allá de los dos investigados por la Justicia, la familia de Guillermo Castillo están convencidos de que hay más implicados en su brutal asesinato, pero a falta de posibles arrestos adicionales, solo Antonio y Carlos saben con certeza qué ocurrió en la casa del hostelero, aunque sus versiones sean contradictorias.

Son los dos detenidos por este crimen y este miércoles han trascendido han trascendido parte de las declaraciones que prestaron durante la reconstrucción del pasado 26 de enero, a instancias del Juzgado de Instrucción número 1 de Haro. Las ha ofrecido el programa ‘Vamos a ver’ (Telecinco) y en ellas, los dos detenidos escurren el bulto para cargar el asesinato a su compañero.

La primera versión

A preguntas de la secretaria judicial, uno de los presuntos asesinos sostiene que la pareja acudió a Cuzcurrita de Río Tirón con el ánimo de cobrar “un dinero” que el hostelero debía presuntamente a su compañero. Lo asegura el varón que se quedó esperando en su vehículo mientras su compañero despachaba con Guillermo. Sostiene también que cuarenta y cinco minutos el ‘acreedor’ regresó y, sin apreciar sangre ni nada extraño en su comportamiento, le dijo que “no le había pagado”. Según su versión, ambos aprovecharon su visita al municipio para comprar droga en un piso y su compañero le dio 150 euros “por haberle acompañado”.

La segunda versión

Nada que ver con lo que afirma el otro acusado, que le acusa sin titubear de haber matado a Guillermo Castillo con maneras de extrema crueldad. Según esta segunda versión, ambos acudieron al domicilio del hostelero (lo cual entra en contradicción con la exposición de los hechos de su compañero) y el otro acusado “se tiró y aporreó a Guillermo” hasta la muerte. De ser ciertos los hechos que relató a la secretaria judicial, este detenido vio a su compañero con las manos cubiertas de sangre, mientras le exclamaba que “hombre muerto no declara”.

Tras el asesinato, sostiene que ambos acudieron a un piso a comprar droga, aunque los detalles que aporta sobre este trámite van mucho más allá que los aportados por el otro implicado: “Aparcamos, subimos los dos y él se estuvo lavando… Luego apareció con un pantalón corto vaquero y con una chaqueta de chándal”. “Llevaba una bolsa para deshacerse de las cosas que tenían sangre y me dio 150 euros porque lo había encontrado él”, concluye esta segunda versión.

Precisamente, las demandas de la familia de Guillermo Castillo pasan por despejar todas las dudas que planean sobre ese punto de venta de droga y la implicación de sus moradores en la muerte del hostelero. Tras la reconstrucción de los hechos del pasado 26 de enero, el bufete de Marcos García Montes -que ejerce la acusación judicial en la causa- recalcó que antes de que se celebre el juicio espera “llegar más arriba” y que la jueza investigue al “cerebro” del crimen.

Los otros actores en el crimen

Su hipótesis plantea que los dos detenidos formarían parte de una organización criminal en calidad de ejecutores, aunque en la instrucción faltan investigados que habrían actuado como “comando informativo”. “¿Quién dio la información para que esta gente eligiera el día y la hora? Yo estoy convencido de que había un plan premeditado con más personas y eso supone que esperaron el momento idóneo. Esa información la da un comando informativo que tenemos que saber quién es”, señaló entonces el letrado.

FOTO: EFE/ Raquel Manzanares.

La acusación particular dirige sus sospechas hacia el vecino de al lado de Guillermo, quien “no sabe nada y no escucha nada”. “Por lo menos, que declare”, solicita García-Montes, que exige “que lo haga como investigado y no como testigo para tener garantías”.

Más allá del papel de los dos detenidos, este vecino de Guillermo y el propietario del ‘narcopiso’ al que acudieron los asesinos tras matar al hostelero, la familia de la víctima trata de que la jueza cite como investigado a un compañero de trabajo de uno de los arrestados, “que supuestamente le entregó las zapatillas con las que vino aquí, que están ensangrentadas, y además ambos se duchan en su casa; luego desaparece la ropa porque salen con otras prendas”.

Según las fuentes judiciales consultadas por este medio, el juicio por el crimen de Cuzcurrita podría dar comienzo en las próximas semanas (antes del verano) y es allí donde se despejarán todas las incógnitas que planean sobre este atroz asesinato, en el que los verdugos engrilletaron a su víctima a una silla para matarlo a golpes y robarle un botín que rondaría los 600 euros.

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