Javier Zabala es barbilampiño. Pero en una de éstas le va acabar por salir la barba. Al tiempo. Es lo que exige el Manomanista. Eso de tener por detrás más espacio incluso que por delante. Hay que cubrir arriba, llegar abajo, y hacerlo con la energía suficiente para superar a un rival, en este caso Urrutikoetxea, al que le salió la barba ya hace tiempo. El de este viernes, a partir de las 22:15 horas por el primer canal de la ETB, es un partido trascendental para Javier Zabala. Va a tratar de demostrar que a falta de barba tiene pelo en el pecho suficiente para superar esta ronda y meterse en la liguilla de los cuartos de final, en donde ya esperan turno los grandes tótems de esta modalidad, entre ellos el pelaire riojano Darío.
El de Ezcaray, tercero el curso pasado, debutará en Pamplona el próximo 13 de abril y lo hará ante Jaka o Zabaleta. El frontón es muy largo. El Manomanista es muy duro. Darío tiene la distancia. Zabala quiere tenerla. Se va a probar en serio. Este viernes, en el Atano de San Sebastián, Javier Zabala se mide a Urrutikoetxea, que no atraviesa por su mejor momento, cierto, pero que se las sabe todas.
Le ha dado para ser un pelotari del mano contra mano. Ya ha jugado tres finales de la especialidad. Ganó la del año 2015, perdió las dos últimas (en 2016 y 2019). Desde entonces ha caído siempre a las primeras de cambio. Pero esto no quiere decir que se le haya olvidado aplicar todo lo que sabe. Mientras Urrutioetxea trata de volver a su gran nivel, Zabala busca su espacio después de su irrupción en el Parejas de Primera.
Acaba de renovar con Aspe. Y sabe que ha llegado su momento. Que son en estos partidos en los que se gradúa un posible campeón. Zabala buscará hacerse a la distancia, manejarse cómo pueda ante un viejo campeón. Hacer todo lo necesario para alcanzar el cartón 22 y afeitarse tras el partido para seguir luciendo esa cara de no haber roto nunca un plato.
