Cuesta ver un escorpión. En directo, claro. En la televisión, muchas veces. Y sin embargo ha formado parte del imaginario personal, por un temor infantil implantado por una mujer de pueblo que advertía de los peligros de los alacranes. Esos bichos de la misma familia que las garrapatas cuyo veneno puede doblegar a un ser humano. Cosa seria.
Se esconden bajo tierra, “así que si te tumbas hazlo sobre zonas con mucha hierba”, porque es un animal que siempre pica. Necesita picar. Es su naturaleza. Es la fábula del escorpión y la rana. Esa en la que el escorpión le pide a la rana que le ayude a cruzar un río subido a su lomo. La rana le indica que no se fía, que le picará. El alacrán le asegura que no tendría lógica hacerlo porque de picarle él también se acabaría ahogando. “¡Lógica!”, le grita la rana, que en medio del río siente la picadura del escorpión. “Es mi naturaleza”, le dice. Es la condición del escorpión.
Y esta UD Logroñés de Diego Martínez necesita picar. Y para ello, requiere del dominio del juego. Precisión para llevar la pelota hasta el área contraria. Cuantas veces sean necesarias hasta acertar con el picotazo final. De no transitar hacia su condición de escorpión, este equipo sufrirá. Por eso le cuesta tanto ganar fuera de casa, cuando quiere adaptarse a sus rivales, cuando busca viajar a lomos de la rana. Y por eso mismo ha gobernado a lo largo de esta temporada los partidos en Las Gaunas, y lo ha hecho además con cierta suficiencia.
Esta condición de escorpión es la que debe recuperar de cara al encuentro de este domingo a las 18.00 horas en Las Gaunas. Encuentro en el que los socios pueden llevar a cuantos acompañantes deseen por diez euros cada uno. Será un ensayo general de un playoff que está por jugarse, más su cabe tras el empate de este sábado entre el Utebo y el Alavés B. Tras tres malos partidos con dos buenos resultados y la derrota en Gobela, este equipo necesita recuperar su condición de escorpión.
Como hizo recientemente en Las Gaunas ante el Deportivo Aragón. No dio tiempo a la rana. Se fue a por ella desde el principio y solventó con un contundente 4-0 la derrota en Vitoria ante el Alavés B. Este equipo no puede conceder dos derrotas seguidas. Sus objetivos se lo impiden. Por eso el problema de caer en Gobela es mayor, teniendo en cuenta que hasta Logroño viajará el Barakaldo, que pelea el primer puesto, que quiere dejar al menos solventado el subcampeonato y que es por méritos propios el mejor equipo de esta segunda vuelta. Y no estará solo. Cerca de quinientos seguidores del Barakaldo estarán en la grada visitante del estadio riojano.
Se espera un ambiente de playoff. Seguro la mejor entrada del campeonato. Ensayo general para lo que está por llegar. Y entonces, este domingo, sabremos si es real aquello de que el escorpión, cuando se ve amenazado, es capaz de clavarse a sí mismo su aguijón para acabar con el padecimiento.
La UD Logroñés llega a la cita con dudas, las lógicas después de haber perdido en Gobnela la oportunidad de verse una semana después peleando por ser segundo y seguir a solo tres puntos del líder. Ahora necesita ganar para mantenerse en la puja por el segundo puesto, que ofrece una ventaja incuestionable de cara al playoff. Es el primer Día D de la temporada.
Se ha notado cierto decaimiento tras haber goleado al Deportivo Aragón. Las pruebas realizadas en los últimos tres encuentros no parecen haber dado el resultado esperado. El equipo ha perdido frescura y transmite cierto cansancio mental, dos cuestiones que debe haber resuelto esta semana previa al encuentro contra el Barakaldo, que aprovecha como nadie las grietas que presentan los equipos en esta Segunda Federación.
Para superar un bache nada mejor que pisar el acelerador. Porque el escorpión siempre acaba picando con su aguijón.
