La UD Logroñés ha empatado frente al Barakaldo (0-0), en un encuentro sin demasiadas ocasiones de gol, donde las similares propuestas futbolísticas han acabado por neutralizarse. Con este resultado, los blanquirrojos siguen terceros con 53 puntos y no logran acercarse al Barakaldo, segundo con 59. Se complica por tanto el objetivo del segundo puesto, con una conclusión clara: a este equipo, los partidos de verdad, ante rivales directos se le atragantan. Solo en la recta final, sendos testarazos de Jony y Monreal han causado verdadero peligro hacia un Tena muy seguro. Al comienzo del encuentro, ambos equipos se han acordado de Javier Márquez, desaparecido desde el 2 de marzo.
Foto: UD Logroñés
En el encuentro más importante de lo que va de temporada, Diego Martínez ha saltado con Kike Royo en portería; Yasin, Monreal, Codina y Yasin en la línea defensiva; Sarriegi y Urcelay en el centro del campo, con Unai García, Arias y Madrazo en línea de tres y Jony como referencia arriba. Once de gala ante la prueba más decisiva, con Titi y Enzo caídos de la convocatoria por problemas físicos. Era un día grande, en un duelo directo para que los riojanos se acercaran a la segunda plaza. Se ha notado en las gradas, pobladas por 4.792 aficionados, medio millar de ellos llegados desde Barakaldo. Ensayo de playoff, con la pancarta “Mágico Logroñés” en el Fondo Sur.
Lo ambiental ha acompañado desde el primer momento y lo futbolístico ha supuesto una batalla de intensidad. Más vivos que el Barakaldo de inicio, los blanquirrojos han pisado más área, pero sin generar ocasiones claras. Antes del cuarto de hora, el defensor Artetxe ha mandado a córner un disparo de Iñaki desde dentro del área. Ha sido una de las pocas ocasiones en las que la UD Logroñés ha podido correr en la primera mitad. Con el paso de los minutos, el conjunto fabril ha contestado el dominio de balón y ha probado fortuna, con varios disparos lejanos que Kike Royo ha podido blocar. A diferencia de lo habitual en el Municipal, sería un partido de pocos o ningún gol.
A falta de creatividad, a los futbolistas les ha tocado machaque físico. Pelea por cada balón, cada despeje y en ocasiones, cada metro avanzado. Papeleta especialmente complicada para Jony, condenado a pelear balones largos contra Artetxe y el ex blanquirrojo Borja García. Con propuestas muy similares, ambos equipos han propuesto casi lo mismo y el resultado ha sido una neutralización. Por lo tanto y salvo algún susto ocasional, como el remate escorado del visitante Buján al lateral de la red, nadie ha podido deshacer el 0-0 al descanso. Sin tirar a puerta, es imposible marcar goles.
Por desgracia, el elevado ritmo físico del partido se ha cobrado una víctima física, la de Iñaki, lesionado en un balón dividido poco antes de la hora de partido. Ugarte le ha sustituido. Visible cojera del capitán, escoltado hacia el banquillo por dos integrantes del club. En la misma ventana también ha salido Seguín, en busca de más mordiente en área rival. Previsible que la grada pidiera explícitamente más agallas a los suyos. No podía estar demasiado contenta con el partido la parroquia blanquirroja, aunque por encima de todo, lo que deseaba era ganar como fuera. El Barakaldo, mientras tanto, seguía muy bien plantado.
Hasta el minuto 68 no ha llegado el primer tiro entre palos claro de los blanquirrojos. Arias ha ejecutado una falta directa desde 25 metros y Jon Tena ha sacado una buena manopla. En el banquillo, Diego Martínez ha cedido el peso de las instrucciones a Arturo Guerra durante el grueso de los minutos, especialmente en la segunda parte. Un Martínez que ha metido a Marchena, quizá en busca de dominar un centro del campo con trivote, ganar estabilidad y a partir de ahí, lanzar un último arreón final. Poca gasolina en la reserva tenían ya los blanquirrojos, aunque lo han intentado en la recta final.
Solo a partir del balón parado ha encontrado peligro la UD Logroñés. Primero, Tena ha despejado un testarazo a bocajarro y después, otro cabezazo blanquirrojo se ha marchado alto por poco. En la otra mitad del campo, Kike Royo también ha sacado un par de manoplas a intentos de un Barakaldo que no ha renunciado tampoco a vencer. La última, ya en el minuto 95, ha llegado para un Seguín que ha mandado arriba una falta lejana. Ni Goti ni Comparada han podido cambiar nada desde el banquillo y el empate ha pasado a ser definitivo. Los riojanos se complican la vista y no acaban de dar ese golpe definitivo a la hora de la verdad.
