Mientras unos proyectos vitivinícolas con amplia trayectoria a sus espaldas entran en la curva del declive hasta llegar a un túnel sin salida (el último, Bodegas Corral), otros nuevos emergen con la fuerza e ilusión de quien tiene todo un camino por delante pare recorrer. Porque la crisis del sector no afecta a todos por igual.
En muchos casos se trata de ampliaciones de bodegas ya existentes que buscan paliar su falta de espacio y continuar con su crecimiento en cuanto a volumen y nuevas marcas. Es el caso del proyecto de expansión de Remírez de Ganuza en Samaniego, ya con los planos listos para dar forma a una nueva bodega de 12.000 metros cuadrados que estará a pocos metros de la actual, en pleno centro del municipio, y que permitirá «trabajar mejor, con más comodidad, mejores instalaciones y, sobre todo, con mejor capacidad de decisión».
La Compañía Vinícola del Norte de España (CVNE) ya ha culminado sus obras del nuevo centro logístico ubicado en el Polígono Casablanca de Laguardia, justo en frente de la bodega Viña Real. Una inversión de 4,8 millones de euros para una infraestructura de unos 9.000 metros cuadrados que ofrece “mayor centralización y agilizar los procesos”, ya que aquí hay capacidad para acoger hasta siete millones de litros de vino.
También en Laguardia hay varios edificios en proyección. Por un lado, el grupo murciano Familia Gil ya trabaja en la construcción de la nueva bodega que estará en la parcela aledaña a las actuales instalaciones de Rosario Vera, marca bajo la que la firma comercializa sus vinos bajo el sello Rioja desde 2016. Presente en una decena de denominaciones del país, este grupo prevé desembolsar unos 15 millones de euros para crear la que será una obra del arquitecto murciano Manuel Clavel.
La bodega Viñas Leizaola – El Sacramento, ubicada en la carretera de Elciego camino de Laguardia, también tiene nuevas aspiraciones enfocadas en la adquisición de parcelas de este municipio alavés, mientras que a pocos kilómetros, en Leza, Alma de Carraovejas trabaja en la restauración de su nueva cava.
Desde Oyón, El Legado de Bodegas Faustino será un complejo arquitectónico innovador y sostenible referente a nivel mundial o lo que definen como «la bodega del futuro«. De la mano de Foster+Partners, la firma de Rioja incluirá nuevas edificaciones, renovación de instalaciones y la creación de una nueva nave para blancos de muy alta calidad. El espacio, además, estará pensado al cien por cien para el visitante y su total inmersión en el mundo del vino.
Hoteles a la vista
Y para completar la oferta enoturística de la región no hay mejor manera que dotar a los municipios de alojamientos acordes a sus visitantes. Con ese objetivo recupera sus orígenes la antigua fonda Pachico de Laguardia, con más de 200 años de historia, frente a la muralla de la villa y después de estar doce años cerrada. La familia tiene un nuevo propósito para este año y es crear el Hotel Pachico, cuya apertura se prevé a partir de Semana Santa. Allí se pretende alojar a 33 personas después de culminar un proceso completo de obra y restauración para dotarlo de habitaciones y apartamentos, aunque el servicio de restaurante no está sobre la mesa.
En Haro también suenan campanas de inauguración. El Palacio de la Cruz, de estilo barroco y datado del siglo XVIII, se convertirá en el primer hotel de cinco estrellas con 40 habitaciones más otras nueve ‘suites’. Un establecimiento de máxima categoría que gestionará el grupo Majestic que trabaja con hoteles de lujo.
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