La Rioja

Las chabolas se abren paso en el solar de la futura sede de Bosonit

Las chabolas se abren paso en el solar de la futura sede de Bosonit

Nuevo quebradero de cabeza para los responsables de Bosonit en relación a la parcela en la que la compañía ha proyectado su futuro Centro de Alto Rendimiento en tecnologías avanzadas en Logroño. Lejos de ver cómo la maraña administrativa se desenreda para poder comenzar la ansiada obra, han descubierto cómo su solar ha revelado un nuevo uso: el asentamiento de chabolas.

Desde hace varias semanas, una mujer ha accedido al recinto tras violentar una de las vallas que cercan la parcela en la calle Marqués de San Nicolás y se ha acomodado en ella, construyendo sus propios habitáculos con colchones, palés y mantas.

Uno de los espacios hace las veces de dormitorio -con cama doble incluida- y la moradora utiliza incluso como mesas o asientos las muestras de los materiales con los que debe construirse el futuro Centro de Alto Rendimiento en tecnologías avanzadas.

Desde el Ayuntamiento de la capital riojana explican a NueveCuatroUno que la Policía Local está al tanto de esta situación, si bien no tiene las competencias para desalojar a esta mujer y tan solo puede -como así ha procedido en los últimos dos meses- invitarle amablemente a que abandone la propiedad privada.

La moradora del asentamiento, en el solar de la futura sede de Bosonit.

También señalan que los Servicios Sociales del Consistorio ha tratado de asistir a la moradora del solar, que padece problemas psiquiátricos, en distintas ocasiones. En cambio, la mujer ha rechazado todos los ofrecimientos municipales para pasar la noche en sus dependencias.

“Miedo” al caer la noche

Con todo, los vecinos de la zona no salen de su asombro ante la facilidad que ha encontrado esta mujer para acceder a la parcela y, sobre todo, para asentarse en ella sin que nadie lo impida, pese a encontrarse a apenas cien metros de la Jefatura de la Policía Local de Logroño.

“El trasiego de gente es constante y tememos que la situación vaya a peor”, explican a NueveCuatroUno, señalando que al caer la noche la zona da “auténtico miedo” por la falta de iluminación y por la condición de las personas que merodean el entorno. “Parece que haya dos Cascos Antiguos en Logroño: de la Redonda hacia arriba, que da gusto verlo, y de la Redonda hacia abajo”, lamentan.

Junto al asentamiento chabolista yacen las ‘catas’ de los materiales con los que está proyectada la futura sede de la compañía tecnológica, cuyo proyecto declaró el Gobierno autonómico como de Interés Estratégico Regional. Entre ellos, destacan las muestras de piedra de sillería que conformarán la fachada exterior del edificio, con capacidad para medio millar de trabajadores.

Más allá de que los moradores puedan sufrir algún accidente -en el solar hay huecos abiertos en el suelo, cubiertos con simples palés y colchones-, su presencia podría comprometer el adecuado mantenimiento de estos elementos de construcción.

Tramitación en punto muerto y puerta abierta a la mudanza

Mientras llega la solución a este último contratiempo, Bosonit anhela el impulso definitivo que le permita levantar de una vez por todas su nueva sede junto a la iglesia de Santa María de Palacio. Desde que hace dos años y medio viese la luz el proyecto, una espiral administrativa mantiene en vía muerta su construcción y la tecnológica, incluso, ha iniciado la búsqueda de posibles emplazamientos en otras localidades para no ver interrumpida su dinámica de expansión.

Las previsiones iniciales de la tecnológica era que su nueva sede abriera sus puertas a lo largo de 2025, un plazo del todo imposible dadas las circunstancias, como resorte para la dinamización del Casco Antiguo de Logroño. En cambio, un informe del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) valoró negativamente el proyecto la pasada primavera -alegando la volumetría del edificio compromete la armonía del entorno- y dilató aun más su tramitación, al instar un procedimiento para determinar el verdadero impacto ambiental del futuro inmueble.

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