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El Náxara deja atrás un 2023 en el que logró su segundo ascenso a Segunda Federación

Foto: Antonio Corral

El 2023 ya es historia en el ámbito del Náxara. Un club que despide un año marcado por la ilusión de retornar a Segunda Federación y a su vez, un cierto toque amargo por la situación clasificatoria, pues el equipo es colista, con ocho puntos, a siete del playout y nueve de la salvación directa. Los blanquiazules tienen difícil lograr la permanencia, aunque la esperanza sea lo último que se pierde. A nivel institucional, por otro lado, la entidad ha cumplido su 90º aniversario. Efeméride que se celebró con la proyección de una película en el cine de la localidad.

Pero todas las historias comienzan por el principio. El Náxara comenzó el mes de enero con derrota frente al Varea (1-2), un resultado que dejó a los de La Salera a ocho puntos del ascenso directo. Una circunstancia que precipitó el adiós de Raúl Martín como técnico y la llegada de Arturo Guerra. Nunca un cambio logró tal catarsis, puesto que en sus quince encuentros al frente del equipo, logró catorce victorias y un solo empate. Aquella etapa comenzó con una goleada ante el Casalarreina (1-4) y finalizó en ascenso de categoría, después de que el Náxara se impusiera al Calahorra B (2-1), en La Salera.

FOTO: Antonio Corral.

Aquel 16 de abril pasó a la historia del Náxara. Aunque Vallejo adelantó al filial calagurritano, Aitor Lorá empató y después, Loza anotó el tanto decisivo al borde del final. Solo un año después de descender, los blanquiazules recuperaron la categoría y llenaron su campo de alegría, algarabía, goce. En términos ofensivos, Aitor Lorá fue el hombre más destacado de la temporada, ya que marcó 18 goles. Otros futbolistas, como Carballo (7), Orodea (7) y Miguel Pérez (5) también tuvieron gran responsabilidad en este logro. Por cierto, los cuatro jugadores continúan en el equipo en la actual temporada.

Pero por encima de lo deportivo, la campaña 2022/23 sirvió también para que todo el club pidiera una mejora de sus instalaciones. Lo hizo en el mes de enero, cansado del mal estado de La Salera y también de los campos de tierra de ‘El Cementerio’. Instalaciones deficientes donde tantos chavales de la cantera tienen que entrenar, arriesgándose cada fin de semana a una dura lesión. Con el lema “Instalaciones deportivas dignas para Nájera y su comarca”, todas las categorías, incluido el primer equipo, realizaron una senada durante el pasado mes de enero. Que su reivindicaciones no caigan en saco roto.

Foto: Náxara CD

El tiempo voló y llegó el verano. Arturo Guerra no continuó en el banquillo y decidió fichar por la UD Logroñés, como segundo técnico de Diego Martínez. Su sustituto fue Josean García, perfecto conocedor de la cantera blanquirroja. No en vano, hasta trece jugadores del actual vestuario jugaron en la UD Logroñés Promesas. El mismo número de piezas que decidió continuar, trece. Siguieron los defensas Izan Flaño, Loza (autor del gol del ascenso), Nika, Viguera, Ochoa y Quirino; los centrocampistas Carballo y Rubén Martínez, además de los delanteros Aitor Lorá, Orodea, Miguel Pérez e Iván Rojo.

El resto de incorporaciones fueron fichajes, que tiñeron todavía más de blanquirrojo al equipo. Desde la UD Logroñés Promesas desembarcaron los defensas Víctor Martínez ‘Viti’ y Mikel Córdoba, los centrocampistas Pepe Blanco y Álex Merino y además, el delantero Iván Villoslada. Aunque no directamente de la UD Logroñés Promesas, también llegó Víctor Pradas, canterano de la UD Logroñés . Es decir, solo cuatro incorporaciones quedaron fuera de esta conexión blanquirroja: el portero Toño (Racing Rioja), el central Juan García (Oyonesa), el centrocampista Diego Parrado (Real Madrid C) y el punta Aday Alcalde (procedente del Juvenil A del Valladolid).

Del Grupo XVI, el Náxara rebasó las fronteras riojanas y se encuadró en el Grupo II de la Segunda Federación. La liga les encuadró con seis equipos vascos, cinco navarros, cuatro aragoneses y otros dos riojanos, la UD Logroñés y el Calahorra, ambos recién descendidos desde Primera Federación. En un contexto así, el único objetivo posible era la permanencia. Sobrevivir entre otros equipos con más dimensión y posibilidades económicas (Bilbao Athletic, Alavés B, Real Sociedad C o UD Logroñés).

Foto: Carmelo Betolaza / Náxara CD | Inicio de la pretemporada

Sin embargo, el campeonato doméstico comenzó torcido, con cuatro derrotas en las cuatro primeras jornadas y solo un gol a favor. A la quinta, el Náxara logró su primer punto en casa frente al Arenas de Getxo (0-0). El segundo punto tardó hasta la jornada 11, con empate a uno en campo del Gernika (1-1). Al cumplirse un tercio de campeonato, los najerinos solo llevaban dos puntos. Con lo cual, la misión se convirtió casi en imposible. Entre medias, la Copa también pasó por La Salera, aunque el Melilla (Primera Federación) se impuso por 1-2.

Solo a mediados de noviembre, el vestuario pudo saborear por primera vez la victoria, con un 3-0 frente al Brea. En la jornada siguiente, encajó la mayor goleada de lo que va de temporada, un 5-0 frente a la UD Logroñés en Las Gaunas, en un derbi lleno de conexiones. No tuvieron opciones. Su oportunidad para volver a triunfar fue la jornada 16, con un 3-1 ante el Izarra justo antes de las vacaciones. Con ello, los hombres entrenados por Josean García han cerrado el año a siete puntos del puesto de promoción de descenso y nueve de los puestos de salvación directa.

Foto: Carmelo Betolaza / Loza trata de controlar el balón en La Salera

Lograr la consolidación en Segunda Federación es ahora mismo, muy lejano. La Ítaca de un Náxara que no ha cambiado su filosofía. Una familia, jugadores de la zona o del mismo pueblo y unos cientos de incondicionales que nunca fallan, independientemente de la categoría. Todo ello en La Salera, un campo de ensueño, en medio de un bosque encantado. Un año más.

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