La Rioja

Los Bomberos del CEIS, en cuadro en Haro, Nájera y Arnedo

El problema viene de lejos, pero la solución no se atisba en el horizonte más cercano. Los Bomberos del CEIS vuelven a alzar la voz para denunciar la falta de personal que este puente se traduce en una situación “límite”, con solo dos funcionarios de guardia en cada uno de los parques de Haro, Nájera y Arnedo. Un escenario en el que es “imposible” dar respuesta a dos servicios que se requieran de forma simultánea en cada una de estas comarcas.

“Desde que en 2016 se firmara el famoso Plan Director ya se solicitaban 24 trabajadores activos para poder estar cuatro bomberos por turno; han pasado ocho años y seguimos con las mismas necesidades”, apuntan a NueveCuatroUno los delegados sindicales del Consorcio.

Basta darse un paseo por los parques del CEIS para visualizar un problema que se hace visible en las pancartas con las que el personal ha vestido sus instalaciones para denunciar que “el Gobierno no cumple con los compromisos acordados y firmados a lo largo del pasado año”. Con el relevo en la Gerencia del Consorcio los acuerdos han quedado en papel mojado y la plantilla ha decidido renunciar a las horas extras con las que los funcionarios paliaban la falta de personal.

“De media hacemos 12.000 horas cada año; es una vergüenza porque así no llegamos a ningún sitio y supone un peligro para los ciudadanos”, señalan desde la plantilla, invitando no solo al Gobierno a hacerse cargo del asunto, sino a “los partidos políticos con representación parlamentaria”. También a los alcaldes de las cabeceras de comarca, que “deben preguntarse por qué Logroño sí cuenta con un buen servicio de bomberos y sus municipios no”. “Sus vecinos pagan las tasas acordes a un buen servicio, pero no lo reciben a cambio”, añaden.

“No es una reivindicación salarial”

Los bomberos del CEIS subrayan que sus demandas no pivotan sobre una subida salarial, sino en el refuerzo de las plantillas para poder ofrecer una mejor respuesta ante sucesos sobrevenidos. De hecho, su última medida de presión ha sido renunciar a la celebración de horas extra, que les supone un perjuicio económico porque “suponen bastante dinero”.

“El servicio es deficitario y nosotros ya no nos hacemos responsables”, señalan, recalcando que “queremos disponer de más efectivos y mejores medios materiales, pues trabajamos con camiones de más de veinte años; estamos todo el día en los talleres”.

Pese a la visibilización del conflicto en las últimas semanas, los trabajadores del servicio lamentan que “no ha habido ningún tipo de acercamiento por parte del Gobierno” para tratar de dar una solución a las carencias que llevan reclamando durante la última década. Mientras llega el remedio a la escasez de personal, los funcionarios aseguran que “trabajamos asustados ante la posibilidad de tener que decidir si atendemos un incendio o un accidente de tráfico que se produzcan simultáneamente”.

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