No por cercano ni reconocible deja de ser un lugar menos inhóspito para la afición de la UD Logroñés, que siempre ha observado el Ciudad Tudela, antiguo Elola, como un punto para medir sus verdaderas aspiraciones en liga. Ganar ahí significa estar preparado para hacer una buena temporada, no hacerlo complica la situación, que puede ser en parte lo que se va a jugar este domingo el equipo en Tudela. Ganar es dar un golpe encima de la mesa. No hacerlo situaría al equipo en un espacio un tanto incómodo a estas alturas de temporada.
El Ciudad de Tudela no ha sido históricamente un espacio confortable para la UD Logroñés. Y no lo ha sido por su exceso de cemento, ni tampoco por esa grada eternamente cerrada que corre riesgo de derrumbe, ni mucho menos porque la afición visitante sigue el partido a la intemperie, ni tan siquiera se observa como un problema mayúsculo el complicado acceso sin asfaltar a estadio navarro, o las complicaciones para encontrar un sitio adecuado para dejar el coche.
No es por nada de esto. Tan solo es porque a este equipo le cuesta mucho ganar en el Ciudad de Tudela. A Mere Hermoso, por ejemplo, en el primer intento de volver inmediatamente después al descenso a Segunda División ya le pasó factura este estadio navarro. No ganar aquel día trajo consecuencias. La afición mostró su enfado, y ese día algo se rompió después de que Tekio tuviera una enganchada verbal cuando transitaba hacia el túnel de vestuarios. A esa plantilla se le fue torciendo el gesto tras su paso por el Ciudad de Tudela.
Tekio salió por la puerta de atrás poco después, Mere Hermoso también lo hizo antes de tiempo, y aquel equipo ni mucho menos logró superar el listón tan alto de esa campaña. El peor Tudelano de las últimas temporadas (descendió con suficiencia) ya alertó a la UD Logroñés favorita de que el asunto se le podía torcer, como finalmente así fue. Es un buen termómetro para las aspiraciones blanquirrojas. Este domingo lo volverá a ser. Aunque muchas cosas han cambiado desde esa última visita a Tudela. La UD Logroñés parecía haber dejado atrás al Tudelano como uno de sus rivales históricos. Se vuelven a ver las caras, con un Tudelano que busca, al igual, que los riojanos, ponerse de nuevo en pie tras tiempos convulsos. Y dos buenos equipos de Segunda Federación se enfrentarán para medir sus capacidades en liga.
Aquí hay que adaptarse no solo al rival. Porque el Tudelano, por ese carácter competitivo tan navarro, siempre defiende su plaza con honor. Porque en Las Gaunas la historia de estos duelos es claramente favorable a los riojanos. En Tudela la historia es distinta, y toca adaptarse al Ciudad de Tudela. Circunstancia que no acaba de controlar históricamente la UD Logroñés. En seis ocasiones ha jugado esta entidad en el Ciudad de Tudela. Seis partidos, y tan solo ha celebrado dos goles. Uno sirvió para bien poco. Lo hizo Marcos André (al que no le ha ido nada mal el asunto en esto del fútbol) en la temporada 2018-2019 aunque el equipo perdió 2-1 en Tudela. Y lo hizo, una temporada después, Andy Rodríguez, leyenda de este club, que le dio la que hasta el momento es la única victoria en este estadio además de ser pieza clave en un posterior ascenso a Segunda.
Aquel triunfo, un feliz 16 de febrero de 2020 puso a los mil aficionados que hasta allí se desplazaron sobre la certeza de que era el año. De que el tanto de Andy en el minuto 80 significaba algo más que tres puntos, constataba que ese equipo estaba programado para dar una gran alegría a los blanquirrojos. Tres jornadas más tarde, la competición se paró porque el mundo se paró y el resto de la historia ya se sabe cómo terminó.
El Ciudad de Tudela y el Tudelano vuelven a situarse en el camino de la UD Logroñés, que viaja con las ganas de superar ese encuentro, de sumar tres puntos ante un equipo que ahora mismo lo está haciendo mejor que ellos en liga. En caso de hacerlo, solo el tiempo dirá si el Ciudad de Tudela sigue siendo ese lugar en el que este club se mira al espejo para verse si está listo para la fiesta.
