Gastronomía

¿’Dónde come…’ Óscar Torres, de La Chispa Adecuada?

Óscar Torres, chef de La Chispa Adecuada, ha aceptado el reto de ‘La Rioja a la mesa’. Vamos, que se ha convertirlo sin él saberlo en ‘el conejillo de indias’ de la última ocurrencia de la sección gastro de NueveCuatroUno. Queremos que reconocidas personalidades de nuestra restauración nos digan dónde comerían. Pero algún condicionante que dé salsilla al asunto. Hemos establecido tres limitaciones claras a la hora de afrontar lo que es sin duda un juego, y como un juego hay que afrontarlo y digerirlo.

Somos los de NueveCuatroUno, por tanto, el asunto queda limitado a La Rioja. La segunda, no pueden recomendar su propio establecimiento, a buen seguro no lo harían, pero a veces la tentación es irrefrenable. Y la tercera y sin duda más complicada, hemos establecido un límite presupuestario para que los invitados a esta sección se salgan de los a buen seguro grandes referentes de nuestra gastronomía. Amamos y respetamos al máximo el gran trabajo de, por ejemplo, todos nuestros estrellas Michelin, pero queremos enriquecer esta improvisada guía, para que sea accesible al gran público, es decir, a todos nuestros lectores.

La primera y la segunda las ha aceptado Óscar Torres sin problema (gracias por ser el primero en participar). La Rioja hay que descubrirla por el estómago y a él, esto, evidentemente le fascina. “Salimos a comer en cuanto tenemos la menor oportunidad”, explica. Ahora bien, la tercera, la del precio, le ha costado encajarla dentro de sus parámetros. 50 euros por barba. “Asegura que es complicado comer por ese precio en La Rioja”. Y entiéndase aquí que daba por hecho que el vino estaba incluido en este precio, y que, observado el asunto, no le quitamos la razón. “Al final cuando salimos a comer por ahí nos gastamos algo más que esos 50 euros, como en el Casa Tila, La Vieja Bodega, el Mesón Egüés…”. Así que sacamos el vino del presupuesto. Y buscamos garitos ricos en los que comer por 50 euros por barba. El asunto, entonces, le empezó a cuadrar un poco mejor, porque “al final queremos recomendar sitios a los que nos encanta ir a nosotros, y a veces ese presupuesto se queda corto”.

Pero en ‘La Rioja a la mesa’ queremos dirigirnos a las familias que salen de vez en cuando a comer, y que sin duda una guía para un público mayoritario. Y Óscar Torres, después de pensar un poco, ha demostrado que se pueden encontrar sitios fantásticos donde comer en La Rioja cumpliendo este presupuesto; es más, lo ha hecho, incluso, volviendo a casa con dinero.

Y ha hecho dos recomendaciones por el precio de una. “A ver, para el día a día, me gustaría destacar el trabajo que está haciendo Óscar en La Anjana”, dice. Sí, se refiere al situado en la calle Laurel. Reconoce que para ahí varios días a la semana. “Está rica y es saludable”, indica. “Hace los ‘poké bowl’, que se llaman”. Es una ensalada de pescado crudo, acompañado por verduras y salsas sobre una base de arroz o quinoa. Poke en hawaiano significa cortar, y de eso se trata: pescado cortado en cubos, generalmente atún, marinado crudo y servido en un bol con verduras y arroz, a modo de ensalada.

“En la Anjana tiene dos: uno de salmón y el otro de atún”, explica Óscar. “Me tomo uno de estos con una copita de cava y por 17 euros he comido fantásticamente bien”. Sano, equilibrado, “y luego puede seguir trabajando perfectamente”.

Un gran descubrimiento

En este primer ‘¿Dónde come…?’ descubrimos un lugar desconocido hasta el momento porque se sale de la ronda habitual, más enfocada en el centro. Es el sentido de esta nueva sección de ‘La Rioja en la mesa’. “Hemos cenado de lujo en el Toten”. El concepto es “de picoteo”. Y salieron a 42 euros, dos personas, incluida la bebida. Cumplió de sobra el límite presupuestario. Y volvió a casa con dinero en el bolsillo.

Comieron la orejita frita, dos tacos de gambones, y un sandwich de pato. Es la propuesta del Toten, en la calle Duques de Nájera, 21. “Es lo que era el bar de Jesuítas”, indica. Lo llevan Ibrahim y Elena. Ambos salieron de las cocinas del restaurante de Juan Carlos Ferrando. “Los dos han estado trabajando con gente importante, tienen muy buen bagaje”. Y lo que le llama la atención, además de la calidad de su cocina, es que “se han juntado los dos en una cafetería de barrio y están haciendo cosas realmente chulas”.

Recomienda encarecidamente “la orejita. La orejita me flipó”. El Toten es un buen lugar en el que gastar esos 50 euros de presupuesto, “porque me alucina que gente que podría estar trabajando en sitios increíbles decida ponerse por su cuenta lejos del centro, que arriesgue, y que se ponga por su cuenta para hacer lo que les gusta”.

 

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