Las carreteras riojanas continúan sumando víctimas mortales en este 2023. La última se ha producido este pasado sábado en la A-12, a la altura de Navarrete, dirección hacia Logroño, donde un vecino de Logroño, de 73 años, se salía con su moto de la carretera y perdía la vida en este accidente pese a los intentos de reanimación de los recursos sanitarios.
El primer suceso de esta naturaleza se produjo el 18 de enero en ‘la recta’ de la N-111 a su paso por Albelda de Iregua, en el que murieron dos personas tras un choque frontal entre dos turismos. Al día siguiente, otra persona moría tras la colisión frontalmente contra un camión, a su paso por Pradejón.
El 23 de febrero moría una mujer en un aparatoso accidente en el que se vieron implicados tres vehículos en la N-232, en Arrúbal. El 3 de marzo moría un vecino de Alberite de 48 años al chocar su turismo contra un camión en ‘la recta’ de la N-111 en Albelda.
El 20 de abril un hombre de 54 años perdía la vida en un accidente de circulación al paso de la carretera LR-281 por Quel, donde chocó su turismo contra una furgoneta. Hasta la llegada de la época estival, el último accidente con estas fatales consecuencias fue el ocurrido el pasado 1 de junio en la N-232 a su paso por Alfaro, en el que perdieron la vida un hombre de 39 años y una mujer de 41.
Llegado agosto han sido dos los accidentes mortales en las carreteras riojanas, los dos sufridos por motoristas. El primero tuvo lugar el pasado 12 de agosto en la N-111 a la altura de Lumbreras. Un joven de 21 años moría al colisionar su motocicleta contra una furgoneta. Este sábado, 19 de agosto, volvía a repetirse la muerte de un motociclista, esta vez en la N-232 a la altura de Fuenmayor.
Cerca, este pasado sábado, otro motorista, de 73 años se dejaba la vida también en la carretera tras salirse de la vía.
Con todo, son ya onca las personas fallecidas en accidentes de tráfico en La Rioja en lo que va de año. A lo largo de 2022 se produjeron 649 accidentes en la comunidad, con un saldo de doce muertos.
