Juanjo Guerreros, vicepresidente de la UD Logroñés, tomó la palabra hace ya un par de meses. Fue el pasado 1 de junio, día en el que se quitó un peso de encima al presentar oficialmente a Carlos Lasheras, que regresaba a Las Gaunas. Junto al nuevo director deportivo tomó la palabra: “Aunque la temporada acabe oficialmente el próximo 30 de junio, para el club arranca hoy la nueva temporada. Hoy (por aquel 1 junio) ya no voy hablar más del pasado (por la temporada anterior) porque desde ya afrontamos un nuevo reto”. Que arranca oficialmente este domingo 3 de septiembre en Las Gaunas.
Larga ha sido la espera pero el día ha llegado. Tras un verano más largo de lo normal -el equipo descendió a falta de tres jornadas y ha arrancado una semana más tarde de lo habitual su temporada-, a las 18:00 horas de este domingo, Diego Martínez y sus futbolistas comenzarán a competir con un único objetivo posible, el ascenso. Aunque, “de poco sirve hablar mucho del ascenso. Lo que hay que hacer es ganar muchos partidos”. El técnico blanquirrojo ha asumido el reto, de momento, con bastante naturalidad, y desde este domingo se pone en marcha para conseguirlo.
Será ante el Bilbao Athletic, un conjunto de andar ya por casa. Han visto los aficionados de la UD Logroñés muchas camadas de Lezama. Es, por otra parte, contra el equipo que más veces se ha enfrentado este club en su historia. Es por tanto el rival más habitual, invitado a este inicio de la Segunda Federación como queriendo dejar claro que sus destinos están unidos en esto del fútbol. El filial vizcaíno y la UD Logroñés parten, a priori, esta temporada, como principales candidatos al ascenso. Aunque luego hay que demostrarlo sobre el terreno de juego.
“Es un buena camada”, se refiere así Diego Martínez al filial rojiblanco: “Aunque no tuvieran una buena temporada pasada, algunos futbolistas siguen en la estructura, que han reforzado con un Basconia que se proclamó campeón de la Tercera vasca, que es siempre muy competitiva, y con jugadores del Athletic juvenil de la División de Honor, que también fueron campeones. Así que seguro que será un buen equipo”. No se fía Diego Martínez que ha visto bastante partidos del equipo de Lezama, rodeado en estas primeras jornadas de cierta incertidumbre porque “hay jugadores que están con el primer equipo y no sabemos si vendrán o no a jugar en Las Gaunas”.
A un estadio que espera a una UD Logroñés que le dé motivos para hacer las paces pese al descenso. “Borrón y cuenta nueva”, que explicó el pasado 1 de junio Juanjo Guerreros. Pero un descenso inesperado siempre genera heridas que tardan en cicatrizar. Así que será el primer encargo para una plantilla que nada tiene que ver con lo ocurrido la temporada pasada: curar las heridas con victorias. Empezar con una derrota sería echar sal a golpes que aún no han sanado.
Hay presión, mucha presión, porque este equipo no se puede permitir dos temporadas en la cuarta categoría del fútbol español. Y para eso hay que ser el mejor, y ser el mejor siempre es complicado, por muy abajo que se esté. Siempre puede haber alguien mejor, como el Bilbao Athletic, por ejemplo; o el Alavés B, sin duda; o el Brea, claro; o la sorpresa de turno. Nadie regala nada y menos en el Grupo II, que requiere de especialistas para campos tan diversos. Por eso se observa Las Gaunas como el espacio para sumar una buena cantidad de puntos, todos los que sean posibles.
Y para dar el primer paso adelante, tras el buen partido ante el Alfaro, Diego Martínez cuenta con todos sus futbolistas, salvo con Titi, que con un problema muscular arranca la temporada como la acabó, lesionado. Es la única ausencia en un equipo que tiene claro cómo quiere jugar en Las Gaunas: a un ritmo intenso, recuperando lo más cerca del área contraria, tocando rápido por dentro para salir por fuera y que los extremos y los delanteros hagan su trabajo. Así de sencillo y de complicado al mismo tiempo.
Llega el primer día para comenzar a borrar la pésima última temporada, aunque para conseguirlo habrá que apretar 34 veces el Ctrl+Z hasta alcanzar el ascenso necesario. Entonces sí, los más de tres mil aficionados blanquirrojos habrán olvidado la que hasta el momento ha sido la peor plantilla de la historia de este club.
