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La UD Logroñés inicia su viaje por el estrecho pasillo del ascenso

Es angosto. La luz apenas entra por un resquicio de una persiana desencajada. El viento se cuela por debajo del marco de una puerta que espera al final de este pasillo de 34 metros, que son los encuentros que va a tener que jugar la UD Logroñés en Segunda Federación. No hace mucho tiempo, este club viajaba en vuelos chárter pagados por la Liga de Fútbol Profesional, le recibían en palcos alicatados hasta arriba siempre con primeros materiales, y trataba de tomar buena nota de todo aquello que le contaban personas que hasta no mucho solo había visto por la televisión. Entonces, se intentaba mover sin llamar excesivamente la atención porque su traje no estaba del todo bien planchado y necesitaba tiempo para llevarlo a la tintorería del nuevo barrio rico.

Ahora, ese mismo traje está hecho jirones, y se encuentra de golpe y porrazo, incómodo y otra vez fuera de lugar, en un pasillo del que solo intuye por el momento dónde está la salida. Su traje tampoco es que pegue demasiado con todo lo que le espera. En este sinuoso pasillo tiene por delante una distancia lo suficientemente extensa como para dar el primer paso con mucha cautela.

La humildad es la palabra de moda en la UD Logroñés, que este domingo a las 18:00 horas debutará en una liga en la que no quiere estar, pero en la que debe competir por los muchos errores cometidos. De golpe y porrazo, la UD Logroñés se encuentra en su particular infierno, sin apenas una luz que le guíe por este nuevo camino.

Esta entidad ha pasado en poco más de dos temporadas de quedar deslumbrada por el brillo de la Segunda División a no ver ahora mismo dónde poner el siguiente pie sin perder la estabilidad. Porque a los lados se sitúa el abismo de no lograr el ascenso a la primera; y perder el pie, tal y como ha comprobado, es demasiado sencillo. Así que agarrado al hombro de Carlos Lasheras y subido a las espaldas de Diego Martínez, la UD Logroñés afronta el complejo objetivo de ser el mejor equipo de este campeonato.

Es cierto que se está sacando el miedo del cuerpo. Aterido pasó un junio calamitoso. El descenso le dejó lacerado, pero peor fue sentir la posibilidad de que finalmente Carlos Lasheras no volviera a Las Gaunas. Con él ha conseguido poner el primer pie en el suelo de esta nueva categoría. Ha ido situando sus caderas de nuevo en posición defensiva, y poco a poco se va poniendo en pie. Con las manos tienta a un lado y al otro para respirar aliviado: no está solo en este camino. Tres mil fieles, hasta el momento, han renovado su compromiso con el club en su peor momento, preparados también para empujar por este oscuro pasillo de la cuarta categoría del fútbol español.

Es la Segunda Federación, la vieja Segunda B, pero sin maquillaje alguno. Antes los Racing de Santander, Cultural, Ferrol o algún caído del fútbol profesional le daban un poco de lustre al asunto. Ahora esto va a cara de perro. Aquí la arruga no es bella. Sencillamente se hace más profunda. Pero este club lo consiguió una vez. Y está en disposición de hacerlo de nuevo siempre y cuando sea capaz de sacarse de encima con buenos resultados el peso de la responsabilidad de tener que conseguirlo sí o sí a la primera.

El club entiende que ha contratado al mejor, a Carlos Lasheras, que ha traído al adecuado, a Diego Martínez, para conseguirlo. Pero siempre puede haber alguien mejor. Así es el fútbol, y la estrecheces de la Segunda Federación impedirán expresarse con absoluta libertad. Las Gaunas deberá ser el fortín blanquirrojo, y en el resto de campos tocará adaptarse sin margen de error. Gobela, Merkatondoa, La Planilla, Lasesarre… y así uno tras otro. “Para subir hay que sumar muchos puntos”, indicaba Diego Martínez.

Y bajo esta premisa se ha confeccionado un equipo del que se espera gane en Las Gaunas y sepa competir al máximo lejos de Logroño, en plazas incómodas y poco gratificantes. Futbolistas que saben varios idiomas como Yasin Iribarren, Andoni Ugarte, Titi, Iñaki, Urtzi Urcelay, Cobo, Sarriegi, Goti, Madrazo, Vitoria, Yurrebaso… De ellos dependerá en buena medida el éxito o el fracaso de la temporada que comienza este próximo domingo. Así es la UD Logroñés de Segunda Federación.

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