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Orgullo de La Salera para perdurar en Segunda Federación

FOTO: Carmelo Betolaza

La mística de La Salera. El sentimiento de pertenencia. El orgullo de una localidad. La defensa de lo propio. El Náxara es el emblema deportivo de Nájera, que se volcará de nuevo en el intento de, esta vez sí, permanecer en una Segunda Federación que le fue extraña hace ya dos temporadas. Ahora debería conocerla un poco mejor. La experiencia es un grado. El Náxara, como entidad, sabe de sus fortalezas y también de sus debilidades para ser un club que sepa competir durante este campeonato por el objetivo final, el de la permanencia.

Y es aquí donde esta categoría constata toda su crueldad. Compiten 18 equipos, y existen tres velocidades: los que buscarán el ascenso directo como campeón, los que pelearán por estar en el playoff de ascenso o mitad de tabla, y los que lucharán hasta el final por no descender. 18 equipos para un total de cinco descensos. Sin duda la Segunda Federación es una división salvaje para los más modestos.

Así, un par de victorias marcan la diferencia entre estar peleando por el playoff de ascenso o tener un problema importante para salvar la categoría. Y ahí deberá aprender a moverse el Náxara de Josean García, su técnico, que espera que La Salera ayude a conseguir esos dos triunfos extra que le permitan a este club establecerse en la categoría que le corresponde por trayectoria y afición durante los últimos años.

Porque da la sensación -y éste es de los pocos aciertos de Luis Rubiales- de que al Náxara la Tercera riojana se le estaban quedando corta, y esta nueva categoría intermedia le permitirá competir contra equipos de regiones limítrofes sin exponerse a excesivos riesgos económicos al contar con una masa de aficionados y patrocinadores fieles, acordes a los objetivos del club riojano.

Tras descender, y aunque le costó un poco adaptarse, su pasado campeonato fue extraordinario. Estuvieron muy por encima del resto. La segunda vuelta fue un paseo deportivo de los najerinos, que ascendieron con una superioridad que debería servir para mantener el bloque y reforzarlo como así se ha hecho para competir desde el primer día en una Segunda Federación, eso sí, que ha aumentado su nivel tras los descensos la temporada pasada de equipos como la UD Logroñés, el Bilbao Athletic o el Calahorra, y la vuelta al lugar que le corresponde de un histórico como el Barakaldo.

El autor de ese equipo que protagonizó una segunda vuelta de récord, Arturo Guerra no sigue en la disciplina najerina. Ha vuelto a unir su destino al de Diego Martínez, entrenador de la UD Logroñés. Y es precisamente en esta entidad donde ha pescado el Náxara para establecer su proyecto de permanencia. Ha tenido en cuenta elementos indiscutibles. Por un lado, mantener el bloque que con tanta superioridad se manejó la temporada pasada en la Tercera riojana. Con ese bloque, en el que muchos ya se conocen, el Náxara quiere ser competitivo desde el primer día. Por eso la entidad ha cerrado durante este verano trece renovaciones. Las de Orodea, Rojo, Quirino, Miguel Martínez, Nika, Eloy Blanco (lesionado), Izan Flaño, José Viguera, Iñigo Ochoa, Loza, Lorá, Miguel Pérez y Jorge Carballo.

Y luego, con la llegada de Josean García -tras la negativa de Arturo Guerra para seguir al frente del primer equipo- el relato para reforzar al equipo se ha ampliado aplicando el sentido común. A los protagonistas del ascenso se les ha unido una serie de futbolistas que atesoran juventud, calidad y empuje en sus botas, además de experiencia en Segunda Federación. Jugadores a los que conoce perfectamente el nuevo preparador najerino. Álex Merino, Iván Villoslada, Mikel Córdoba, Pepe Blanco, Víctor Martínez ‘Viti’, todos ellos de la UD Logroñés Promesas que la temporada pasada militó en Segunda Federación, han firmado por el Náxara, además de Víctor Pradas, el portero que hasta el pasado mes de enero formaba parte de la primera plantilla blanquirroja. Seis futbolistas ‘de’ Josean, que también ha incorporado a Juan García, desde la Oyonesa.

Y un tercer pilar, la edad de la plantilla. Se ha intentando mezclar juventud y experiencia por igual. Así lo refleja la llegada de Toño Ramírez. Un portero veterano, muy experimentado, seguro importante para mantener un buen ecosistema de vestuario, y jóvenes muy jóvenes como Diego Parrado, una perla que seguro dejará grandes detalles si encuentra un espacio en La Salera en el que sentirse cómodo.

Porque La Salera y su gente son el eje central sobre el que se anclará este intento de permanencia que desde este domingo a partir de las 18:00 horas ante el Alavés B afronta el Náxara y toda Nájera.

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