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La UD Logroñés calibra la resiliencia y absolución de su afición

Ya está. La UD Logroñés inicia su temporada en Segunda Federación. Tendrá un entremés este miércoles a partir de las 20:00 horas en Las Gaunas. Se medirá, primero en Copa Federación, al Alfaro, de Tercera Federación; y luego, ya el domingo, de nuevo en Las Gaunas (18:00), lo hará contra el Bilbao Athletic, uno de esos rivales tradicionales en la vieja Segunda B o en la nueva Primera Federación que ayudará sin duda a que el mal trago pase un poco mejor, por tratarse de un rival reconocible que constata que hasta en Lezama se pueden hacer mal las cosas.

No será el primer descenso que debe digerir esta institución y sus aficionados, pero sí el más duro… por inesperado. El anterior, hace tres temporadas, situaba al club en un escenario muy alejado del actual. Entonces, en aquel encuentro ante el Racing de Santander en Las Gaunas, con casi 7.000 personas en las gradas, la entidad pudo presumir de músculo, llegaba a este reencuentro con sus aficionados tras una temporada entera con el estadio cerrado por la pandemia, con un descenso frustrante pero con la sensación de que la UD Logroñés había crecido desde su ascenso al fútbol profesional y que sabría gestionar la situación con todo lo aprendido. Nada más lejos de la realidad.

Con Mere Hermoso se buscó volver cuanto antes a Segunda División. La grada apretó de lo lindo durante las primeras jornadas. Las Gaunas sonaba de nuevo a fútbol, a estadio de verdad. Se veía por fin el empujón social provocado por el ascenso pese al inmediato descenso. La UD Logroñés latía. Hasta que con aquel 4-0 en Salamanca antes del parón navideño se demostró que en aquella plantilla fallaban cosas. Empezó la bronca, que parece no haber remitido desde entonces. Aun así alcanzó para jugar una semifinal por el ascenso y volver a movilizar a la hinchada blanquirroja contra el Villarreal B, playoff que Luis Rubiales ‘secuestró’ en Ferrol por lo que la afición se reunió en el Palacio de los Deportes. Con tanta gente detrás habría seguro una nueva oportunidad. Nada más lejos de la realidad.

La pésima temporada pasada ha hecho que muchas cosas hayan saltado por los aires. El club se ha dejado por el camino parte de su credibilidad, que es precisamente lo que ha buscado recuperar con el regreso de Carlos Lasheras a la dirección deportiva y la llegada por fin de Diego Martínez al primer banquillo blanquirrojo. Ellos, y solo ellos dos, favorecidos por la imponente presencia de la Ciudad Deportiva de Valdegastea, han logrado en parte reducir los daños de la dramática pasada temporada en la que todo salió mal. Y ésta es la nueva realidad.

Ahora la UD Logroñés se parece más a aquel club que intentaba hacerse un hueco entre las mejores entidades de Segunda B que a ese equipo recién ascendido, que no supo, primero, resolver la cuadratura de LaLiga para resistir, y, segundo, gestionar con menos errores los recursos por el descenso. La UD Logroñés vuelve a la casilla de salida… con una salvedad, que la gente sigue a su lado.

En breve serán 3.000 los aficionados que han renovado ya sus votos con la UD Logroñés. Este miércoles no será aquel estadio que hizo las paces durante aquel encuentro contra el Racing de Santander tras el descenso de Segunda División. Las Gaunas será el domingo que viene un estadio más familiar, el que muchos recordarán como previo al del ascenso al fútbol profesional. Los necesarios para intentar, por su resiliencia y alto grado de absolución, salir cuanto antes de la quema de la Segunda Federación, para volverse de nuevo a poner en pie. Aficionados que han visto un proyecto más allá de un tropiezo deportivo importante.

En breve, los tres mil fieles de mirada larga, sabedores de que la Ciudad Deportiva es un tesoro, de que Carlos Lasheras es una garantía de éxito, y de que Diego Martínez es la mejor opción posible se darán cita de nuevo en su estadio para poner la temperatura de este infierno deportivo. Alfaro, Bilbao Athletic, Barbastro, Izarra, Valle de Egüés, Alavés B… es la nueva realidad de una entidad que parece haber agotado su margen de error, la misma que acertó a situarse en el fútbol profesional con menos experiencia y recursos que en la actualidad.

Este nuevo capítulo arranca este miércoles contra el Alfaro en la Copa Federación, todo lo anterior es historia.

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