Deportes

La pizarra de Diego Martínez: “La afición está respondiendo”

Hay que desterrar una idea preconcebida. Esa que dice que los porteros no pueden ser buenos entrenadores. Existen suficientes casos de éxito como para ir superando este estereotipo. Por ejemplo, Dino Zoff. Fue un grandísimo portero y también un muy buen entrenador. Aunque es cierto que mucho ha llovido desde entonces y más ha cambiado el fútbol.

Seguro que hay casos de éxito más recientes. Como por ejemplo el de Ricardo La Volpe, campeón del Mundo como portero en 1978, y un tipo peculiar, El Bigotón, como entrenador, tanto que incluso ha acuñado con su nombre una salida de balón desde atrás. Mucho mérito, sin duda. O Julen Lopetegui, al que le persigue el infortunio en su toma de decisiones a la hora de elegir proyecto pero que está haciendo carrera en los banquillos. Hay más ejemplos como Nuno Espírito Santo, Rafael Dudamel o Enrique Meza. Grandes porteros y buenos entrenadores.

Aunque por si acaso, por si fuera verdad aquello de que los porteros no pueden ser buenos entrenadores, Diego Martínez no fue tan buen portero como para que sus opciones de ser un buen entrenador para la UD Logroñés se vean lastradas. El técnico riojano afronta su primera semana de competición tras una pretemporada de seis semanas. Inicia así una gran oportunidad al frente de un banquillo como el de la UD Logroñés, que le ha puesto todos los medios posibles pero a cambio le pide un ascenso vital, y además lo debe hacer con el equipo de su casa, con el club al que le unen, por familia y amigos, muchos lazos sentimentales.

Tanto es así que “daríamos todo para que esto saliera bien y lograr los objetivos marcados”, explica en esta entrevista concedida a NueveCuatroUno. Lo hace desde su centro de trabajo porque “la ciudad deportiva es nuestra casa” y “pronto será la casa de todos los blanquirrojos”. Sabe de lo que habla. Porque Diego Martínez, por ser de aquí, de Logroño y de La Rioja, tiene todo el contexto necesario: “Esto queda para Logroño y los aficionados al fútbol”. Una infraestructura capital para la entidad que “está trabajando para que haya un verdadero sentimiento de pertenencia, ése que permitirá un hecho fantástico: que venir aquí a ver a los niños jugar forme parte de la cultura de este club. Será sin duda la mejor noticia”.

Es el contexto que le motiva y le carga de responsabilidad porque sabe mejor que nadie que “hay mucha gente detrás”. Diego Martínez reconoce que “sentimos que tenemos mucha gente detrás. La gente de la UD Logroñés está respondiendo y lo está haciendo en las malas que es cuando realmente hay que estar. A los buenos amigos se les conoce en las malas situaciones y aquí están respondiendo”. Dos elementos, los abonados y las instalaciones claves para volver a ponerse en pie en lo deportivo. “Sin esta masa social ni está ciudad deportiva muchos de estos jugadores no hubieran venido aquí”.

-¿Qué sensaciones tiene a una semana para el inicio de la competición?

-Todos queremos que empiece ya, cuanto antes. Las pretemporadas siempre se hacen largas porque por mucho que pruebes en los amistosos nunca es lo mismo que en un partido oficial. Todos tenemos ganas de que esto comience.

-¿No le gustaría tener más tiempo para ensamblar más cosas en un equipo totalmente nuevo?

-Los procesos son siempre inacabados. Podríamos estar de pretemporada nueve meses y nunca veríamos un equipo perfecto. Estamos obligados a mejorar constantemente y lo mejor para conseguirlo es competir.

-¿Qué valoración hace estas seis semanas de pretemporada?

-Una pretemporada muy exigente con mucha carga en las piernas de los jugadores y también a nivel mental y táctico. Los jugadores han estado muy exigidos en cada entrenamiento. Pero tenemos una plantilla muy trabajadora, muy honesta, muy sana, muy honrada en el trabajo diario.

-Tras dos descensos en tres temporadas, el club evidentemente se ha tenido que adaptar a la nueva realidad. Pero no parece haber dado un paso atrás en una cuestión durante muchas temporadas puesta en duda. Me refiero a la profesionalización de los diversos estamentos del club. Pese a estar en Segunda Federación no se ha recortado en lo deportivo. 

-Yo hasta el día de hoy no había encontrado una estructura con el nivel de profesionalización que tiene este club. Te pongo un ejemplo: si surge una lesión durante un entrenamiento a las dos horas ya han visto al jugador en la clínica y tiene un tratamiento. Esto es maravilloso. No voy a hablar de otros clubes anteriores, pero en otros sitios esto lleva tres o cuatro días, y nosotros lo tenemos al día. Unido a tener fisios en el campo, a tener un readaptador, un preparador físico, un entrenador de porteros… Esto es ser profesional al cien por cien. No conozco tanto de qué situación partía hace unos años este club, pero a día de hoy esto es un lujo y es para estar orgulloso de estar aquí.

-Y esto de alguna manera se tiene que ver reflejado sobre el terreno de juego.

-Cada pequeño detalle que cuidas te acerca a reducir la posibilidad de que el azar juegue en nuestra contra. Tener gente cualificada y preparada y con disposición de trabajar para que el jugador esté en las mejores condiciones posibles es importante. Desde los servicios médicos hasta la readaptación. Antes igual no teníamos la figura de una persona que está a caballo entre los servicios médicos y los preparadores físicos y ahora lo tenemos. Esto ayuda a tener menos recaídas tras producirse una lesión. Se trata de ayudar siempre a los jugadores. A que se pierdan los menores entrenamientos posibles. De esta forma aumentamos la calidad en el trabajo, la competitividad y por tanto mejoramos como equipo. No sé cuánto de todo esto finalmente se traslada al día del partido, pero siempre es mejor poder elegir entre los veinte jugadores que no poder hacerlo.

-¿Qué equipo han querido confeccionar Carlos Lasheras y usted?

-Teníamos claro que debían llegar jugadores con hambre y ganas de estar aquí. Hemos traído futbolistas que querían estar aquí para intentar ascender en este proyecto. Hemos buscado además un perfil de jugador contrastado en la categoría, que conozca el Grupo II, que sepa a qué se juega en este Grupo, que sean honrados y honestos y además con jugadores que se conocen de anteriores experiencias. Buscamos un equipo con diferentes registros como hemos visto en pretemporada. Trabajamos en un equipo que acepte diferentes esquemas y que sepa jugar de forma diferente dentro de estos esquemas. La Segunda Federación es más versátil que la Primera Federación porque aquí los estadios son más diferentes que en la categoría superior. Tener un equipo con diferentes registros va a ser muy importante.

No han buscado en lugares variopintos. Salvo Adrià Capdevila, por el lugar del que procede (EE.UU), el resto llega del País Vasco, Navarra y La Rioja para competir en el País Vasco, Navarra, La Rioja y Aragón. Parece bastante lógico el asunto.

-Es así. Queríamos gente de la zona, gente del norte, gente que conozca los equipos, los estadios en los que vamos a jugar, y también que se conozcan entre ellos y que hayan jugado ya juntos porque tienes ya parte del trabajo andado, tanto dentro como fuera del vestuario.

-Da la sensación de que se ha buscado la versatilidad como principal atributo.

-Es importante poder cambiar al equipo en cualquier momento. Tener muchos registros es la mejor forma para que el rival no te tenga controlado. Al final no es lo mismo jugar en Las Gaunas que hacerlo en Merkatondoa (Estella), así que tendremos que ser capaces de cambiar de una semana para otra prácticamente de deporte porque así lo exige esta categoría.

-¿Son conscientes estos jugadores de la situación de necesidad deportiva en la que se encuentra este club tras un inesperado descenso? ¿Le preocupa la gestión de la presión?

-Todos son conscientes de dónde están y a qué han venido. Unos porque ya han estado aquí antes, otros porque lo han vivido de cerca, y otros porque conocen este club. Si no tuviéramos estas instalaciones, si no tuviéramos el nombre que tiene el Logroñés en el resto del España, si no tuviéramos todo este apoyo social no tendríamos esta presión, pero tampoco estaríamos en este contexto. No podemos hacernos trampas, todos sabemos a dónde hemos venido, sabemos la exigencia y debemos ir de frente para afrontar cada partido como si fuera una final. Y creo que los jugadores son conscientes de todo esto. Saben de la exigencia. Pero es una losa que tampoco nos puede preocupar mucho. Debemos hacer bien nuestro trabajo y a partir de ahí que lleguen los resultados. Pero la meta está situada en mayo.

-No cabe duda de que el objetivo es el ascenso.

-Sí. No hay duda. Pero insisto en lo que dije el día de mi presentación, que hablar del ascenso no nos va a dar el ascenso. Podemos hablar mucho de ello y luego llegar cada domingo y perder. El único discurso posible es ganar el primer partido y luego el segundo. No hay más. Se asciende con muchos puntos. Con pocos puntos no se asciende.

-Pero serán más de 3.000 abonados hablando del ascenso como obligación. Esto va a ser inevitable. Porque este club está por debajo de la categoría que le corresponde.

-Así es. Pero hay otras seis o siete ciudades que quieren el mismo objetivo. Todo esto es papel mojado. Porque hay otra reflexión que hago con mis compañeros. Si miras la historia de entidades deportivas casi centenarios observas que tienen cuatro o cinco ascensos. O este mismo club en los años de vida que tiene ha logrado un ascenso a Segunda División. O en el Numancia, con todo el nombre que tiene, resulta que tiene cuatro o cinco ascensos en toda su historia. Y como primero solo había ascendido una vez. Y esa es la exigencia que tiene esta competición, ser primero. Hablar de ascenso es muy bonito pero está muy lejos. En lugar de centrarnos en lo que está muy lejos vamos a intentar controlar los factores que dependan de nosotros, que es saber cómo atacar y defender al Bilbao Athletic y qué queremos que pase contra este primer rival. Hablar mucho del ascenso no nos va a dar ningún punto.

-¿Qué le pide a esta temporada?

-Ganar. No pido otra cosa.

Subir