La Rioja

Paraísos climáticos contra el calor: tiendas, cines y mucha sombra

Logroño se ha convertido en una isla, pero además, desierta. Las previsiones alertaban de los más de 43 grados que iban a alcanzarse este jueves en la capital riojana, –finalmente se han alcanzado y superado– y, partiendo de la base de que es agosto y mucha gente huye de la ciudad, el calorazo también está cambiando la rutina de los logroñeses. Los que gozan de piscina, bienaventurados, a los demás, solo les queda la sombra, el aire acondicionado y los refugios comerciales.

Una de las calles comerciales más transitadas de la ciudad, San Antón, no ha vivido este jueves uno de sus días más fructíferos. Sitios para aparcar con facilidad, alguna que otra bolsa convertida en una sombra improvisada que poco tapaba, botellines de agua en la mano y las puertas de algunos comercios cerradas ‘por si se escapaba el gato’ que solo se abrían cuando los pocos compradores accedían a la tienda en busca, más bien, de algo de respiro.

En los centros comerciales, poco cambiaba la cosa. Helena y Sandra trabajan en el Centro Comercial Berceo y han reconocido que “en julio todavía se veía gente, pero agosto ha caído en picado”. Y es que el aire acondicionado no es lo que era. “Con los límites de temperatura que se han puesto por el ahorro energético ya no se pone a tope y eso se nota”.

Pero hay más. A la normativa de las temperaturas se suma que “después de la pandemia el comercio no se ha recuperado, como tampoco lo han hecho las economías familiares”. Ambas reconocen que la gente que va estos días solo lo hace para resguardarse “a la fresquita”, pero no compra “porque hay que ahorrar, y venir para no poder comprar hace que la gente se eche para atrás y busque otras alternativas”.

Eva, Alba y Paula, -una de Logroño y las otras de Santander-, no podían aguantar más en casa, y “si salimos a la calle nos da algo, así que vamos con el abanico a todas partes, buscando sombra y metiéndonos en tiendas para respirar un poco”. La opción de este jueves ha sido el centro comercial, y “la verdad es que se agradece”. Ellas sí han aprovechado para ‘picar’ algo.

Detrás de una peque rubia iban tirando de carrito Asier y Amaya. Son del País Vasco y están de vacaciones en Ezcaray. Este jueves tocaba visita a Logroño, “pero era imposible estar por la calle”, así que han decidido buscar en sus móviles un centro comercial y “aquí estamos”. Ellos también han reconocido que en la zona común no se nota tanto el fresco, “pero te metes en las tiendas y es otra cosa”.

Sombra aquí, sombra allá

Algunos se saben el truquillo, otros como Antonio lo han descubierto por casualidad. En un banco a la sombra de la Plaza de la Diversidad estba sentado este hombre de 89 años, vecino de Logroño pero “nacido en Hornillos de Cameros, el pueblo más bonito de La Rioja”.

Enfrente, una rejilla del bajo del edificio ‘la Casa Trevijano’, donde próximamente comenzarán las obras para construir un nuevo hotel. Un rectángulo que da la vida a más de uno cuando pasa por el fresquito que despide. Antonio lo ha notado y ha hecho su ‘parada en boxes’ allí antes de ir a revelar viejas fotos que tiene en una cámara que lleva guardada en una funda y colgada al cuello como si fuera su tesoro.

“Con todo lo que he vivido no recuerdo un año como este. Un año malo por la sequía, los hielos, y ahora este calor. Menos mal que yo en casa tengo aire acondicionado, pero cuando salgo voy buscando la sombra”.

Lo mismo hacen Josefina y Antonio. “Estamos llevando muy mal este calor. Nunca habíamos sufrido algo así”. La mujer reconoce que ella es “muy de salir a caminar, pero ahora no puedo porque tiemblo pensando que me va a ‘pasar algo. No aguanto. Estoy muy cansada y no pego ojo”.

Para sobrevivir a la ola de calor, este matrimonio procura salir lo menos posible a la calle. En casa, todo el día con el ventilador puesto y para comer, cosas fresquitas. “Estos días no estoy guisando nada”.

Un refugio de película

El cine siempre es un buen plan, y más cuando poniendo un pie en la calle te derrites. Esta semana los 7 Infantes de Logroño se están convirtiendo en el mejor refugio del verano. Alfredo Cordero, gerente de los cines, reconoce que este verano está siendo todo un boom, por el calor y por los grandes estrenos cinematográficos.

Todo comenzó el 20 de julio con el lanzamiento de Barbie. “Esa semana se notó mucho y estos días está habiendo otro repunte muy notable de público gracias también al estreno de CampeoneX”. Aunque Alfredo reconoce que “mucha gente que viene nos dice: ‘menuda maravilla una tarde de cine y con aire acondicionado'”.

Eso sí, la primera sesión estos días casi no se estila, “la franja estrella es de 18 a 20 horas”. El gerente destaca que el cine en verano siempre funciona aunque haya menos gente en la ciudad, lo que cambian son las rutinas. “Estos meses vienen más chavales jóvenes entre semana y el finde el público elige otros planes”, no obstante, este lugar sigue siendo una de las alternativas estivales preferidas por muchos.

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