Gastronomía

La hora del almuerzo: ‘De misa diaria’ (I)

FOTO: Vintae

Las siete de la tarde está reservada. Es la hora de la misa en La Redonda. Y se va bien merendado. Que puede ser un chocolatito, unos churritos, o incluso una pieza de fruta para los más ‘healthy’. Merienda, misa y a casa con el recado. A recogerse con los deberes cumplidos. O no, que cada uno lleva sus bioritmos, y hay incluso quien sale a correr, como los beer runners, para los que tenemos unos cuántos consejos.

Ahora, lo que nadie discute es que a partir de las 12:3o horas uno ya se puede echar una cañita porque antes ha adelantado el trabajo diario. Porque a las 11:00 horas todos nos comeríamos una vaca empezando por las pezuñas. Hay hambre a esa hora. Aunque lejos queda ya el desayuno. Ese cafecito bebido de par de mañana ya es un vago recuerdo. Y las barras de los bares riojanos lo saben. Echan el resto para hacer del almuerzo la hora más feliz.

Y eso que ha bajado la temperatura de los almuerzos. Ahora la gente se cuida más que antaño, cuando eran famosos los almuerzos, por ejemplo, en al cafetería del matadero municipal. Bien de completos ponía esa gente para los que acababan de hacer negocio: huevos fritos, media de vino, café, copa y puro. Ahora, con picar algo da para llegar a las 14:30 horas habiendo evitado el desmayo en plena jornada laboral.

El almuerzo. La hora feliz. El momento del punto y seguido. Solo o en compañía, y casi siempre al bar de confianza. El almuerzo como ejercicio gastronómico patrio. La tortilla a media mañana, la pulguita de jamón, quizás algo dulce, un cortado o con leche para seguir adelante hasta la hora de de comer. Porque en España somos de cinco comidas al día. El desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda y la cena. Cenamos tarde por aquello de vivir siempre adelantados al sol. Dormimos poco y convertimos el almuerzo en un acto laboral que reivindica el poder parar para coger fuerzas.

En un momento dado se tira una gavilla, se le prende fuego (con máxima precaución dada la situación de sequía), y se acondicionan unos productos de la tierra, que pueden ser verduras o partes reconocibles del cerdo y del cordero, como una falda asada, un tomate recién cortado, un trozo de chorizo, un caso de pan, un trago de vino y adelante con la rutina de las labores, en el campo y en la ciudad.

El almuerzo es algo muy riojano. Se almuerza con sentido y sensibilidad. En la bodega, en invierno; bajo el nogal, en verano. Se almuerza un trozo de queso, algo de embutido, unos pimientos o lo que haya en la tartera que se ha preparado la noche anterior. En la ciudad el almuerzo se desarrolla en los bares y cafeterías. Y eso estamos buscando esta semana, bares y cafeterías en donde merezca la pena hacer un alto en el camino para coger fuerzas. Haznos llegar tus lugares favoritos en el email [email protected] y en el número de Whatsapp +34 602 262 881.

Unos buenos huevos fritos si hay algo más de tiempo, un bocatita bien preparado… esos lugares a los que acercarse para cumplir con la misa diaria del almuerzo que va entre el desayuno y la comida, y que no podemos olvidar bajo ningún concepto porque por supuesto que también es gastronomía.

Subir