Decepción máxima en la cara del capitán Iñaki Sáenz. Con casi 300 partidos como blanquirrojo, pocos sienten más que él el descenso de la UD Logroñés a Segunda RFEF. El calagurritano nunca se esconde y ha dado la cara por partida doble. Primero, ante los aficionados congregados a las puertas del estadio: “Está claro que es una prueba para todos en el club. No sé qué pasará, pero creo que tenemos un proyecto asentado con la Ciudad Deportiva. Nos va a dar un plus, una seguridad”.
“Esto es una prueba para estar todos juntos y quiero daros las gracias, porque en días como hoy, es difícil venir. Lo siento, otra vez. Siento lo que habéis pasado”, ha terminado, aplaudido por algunos incondicionales. Entre ellos, bastantes niños y jóvenes. El futuro de la entidad, los que seguirán ahí temporada tras temporada.
Además, también se ha expresado de forma oficial: “Es un día complicado, el peor día deportivo de mi carrera y del club también. No hay palabras para definir esto, últimamente ya se mascaba”. ¿Qué sentimientos recorren su cabeza? Complicado de decir: “Es complicado definir cómo estamos. Estamos abatidos, decepcionados con nosotros mismos”.
La dinámica del equipo ya hacía barruntar este final: “No creo que encontremos una fecha o un día concreto, creo que no lo vamos a encontrar”. Ocho derrotas en casa: “Está claro que es nuestro debe y ha sido uno de los principales puntos débiles que hemos tenido. Me sabe malo, porque en esta corta historia hemos vivido días de comunión constante con la grada y este año no lo hemos conseguido”.
¿Cómo se ha vivido el final del partido: “Son decisiones personales de cada uno, la gente está afectada porque es un descenso. Esto marca carreras deportivas y cada uno reacciona como le nace en ese momento. La reacción que tengo con este club va más allá de lo deportivo, me duele más. No sé qué palabras encontrar para reducir el estado de la gente, pero no sé si las vamos a encontrar. Son días para reaccionar, días muy complicados y para los que sentimos el club, mucho más”.
