Iñigo Vélez de Mendizabal, ya en el interior de su coche, en el modestísimo parking aledaño al vetusto Urritxe, se agarró al volante y maldijo en mil demonios. Su alarido fue audible hasta unos pocos coches más allá. El día que Iñaki cumplió 150 partidos con la UD Logroñés, Olaetxea facturó una victoria más para su equipo, que por fin derribaba el muro infranqueable que hasta ese sábado 19 de octubre de 2019 había significado para el club riojano Urritxe, lugar de penas y torturas para la entidad blanquirroja hasta entonces.
Aquel día, con la sexta victoria seguida, tras ganar en este lugar tan particular, muchos seguidores comenzaron a imaginar una temporada que resultó histórica. No estaban equivocados. Había equipo. Vélez de Mendizabal, entrenador del Amore, no logró ser la piedra contra el objeto imparable que era aquel equipo liderado por Andy, Olaetxea, Errasti, Rubén e Iñaki.
Un lustro después, Urritxe, de nuevo; este próximo fin de semana. Escenario ideal para que esta plantilla repleta de mediocridad ponga la última punta al ataúd de esta temporada. Resulta curioso que el estadio más característico del infrafútbol, siempre a las puertas, desde hace muchas temporadas, del acceso al fútbol profesional haya sido históricamente la verdadera vara de medir de la valía de la plantilla de la UD Logroñés del momento.
No hay otro campo, como Urritxe, ni otro equipo, como el Amorebieta, que hayan significado tanto para la UD Logroñés. Pozo de sus desvelos, altar de sus éxitos, aunque solo fuera por aquella victoria premonitoria de 2019. Los más veteranos seguidores del club blanquirrojo recordarán aquella tarde de domingo de un 6 de mayo. Corría el año 2012. El equipo llegaba lanzado a Urritxe, penúltima jornada liguera para jugarse ante el Amorebieta la cuarta plaza por el primer playoff de ascenso de los riojanos en su historia.
Urritxe y el Amorebieta. Y la UD Logroñés no estaba preparada para disfrutar de su primer intento real de ascenso a Segunda. Pepe Calvo, que suplió a Nacho Martín, llevaba al equipo lanzado con cinco triunfos seguidos. No llegó el sexto. Empate a 1 en Urritxe. Adelantó el riojano Ubis al Amorebieta. Empató Alejandro en el 74, y aún se recuerda la que tuvo Quique para haber dado el triunfo a su equipo en el descuento y haber metido a los riojanos en puestos de playoff a falta de una jornada. Un joven Iñaki y un veterano Sergio Rodríguez formaban parte de aquel equipo que se quedó a las puertas porque Urritxe le puso a prueba y no la superó.
El algodón no engaña en Urritxe. Lo que se ve es lo que hay. Ni tan siquiera en su mejor momento deportivo la UD Logroñés logró camuflar en algo sus necesidades pasando por este recinto deportivo. Copa del Rey. En Segunda los riojanos. Derrota. Pésima imagen. Debimos sospechar que la temporada se complicaría a pesar de aquel récord de seis victorias seguidas en LaLiga Smartbank. La vara de medir de los riojanos había marcado que el equipo no acabaría dando la talla.
Tiempo después, la peor UD Logroñés de la historia visita a un Amorebieta recién descendido que quiere ser líder el próximo fin de semana y volver de nuevo a Segunda División. El análisis está hecho. Y Urritxe es para lugar solo apto para valientes, para plantillas dispuestas a dejarse la piel, de las que pelean unidas por cada pelota, de esas que dominan las áreas, que no cometen errores, que corren para adelante y para atrás, que se atreven a derribar los muros que sean necesarios. El Amorebieta lo está consiguiendo una vez más.
