Gastronomía

Caña aquí: ‘Tiempo de cerveza’ (I)

Un amigo asegura que él cobraría algo más a todos aquellos que pidan en La Laurel un zurito. Mantiene que sería la manera adecuada de revertir el cupo vasco o las ventajas fiscales de las que gozan al otro lado del Ebro. Lo que no aclara es cómo solventaría que un riojano se pida un corto al otro lado sin pagar más. Porque la bebida más exitosa del país tiene nombres mil.

Corto, zurito, caña, pinta, quinto, tercio, doble… la cerveza recibe diversas denominaciones dependiendo del lugar. Por eso, seguro, a algún riojano que ha decidido salir de los límites regionales durante esta pasada Semana Santa le ha podido ocurrir que no ha recibido la cerveza en el tamaño que pedía o incluso no le han entendido.

En La Rioja, por ejemplo, caña es lo que en Madrid se llamaría una doble, mientras que la famosa cañita madrileña está a medio camino entre un corto y una caña de por aquí. El zurito es un corto riojano, que en Aragón se conoce como penalti. En el País Vasco existe el cañón que es casi una pinta, que sí, es el medio litro de cerveza.

Esto en vaso de cristal, en botella el famoso quinto también exige una preparación a la hora de pedirlo en otros lugares. El quinto se denomina en el norte como botellín, mientras que la cerveza de tercio en Asturias y Cantabria se conoce como media y en Cataluña como mediana. Es tomar el puente aéreo y que una caña en Barcelona no sea igual que en Madrid, en donde habría que pedir una doble, término que en Barcelona no entenderían.

La cerveza bien tirada va dejando finos aros en el vaso conforme se va degustando 

Queremos indagar en NueveCuatroUno, ahora que llega el buen tiempo y por tanto la feliz rutina de sentarse a la fresca en una terraza de un bar riojano y refrescarse un poco con una buena caña, en un asunto importante en la tierra con nombre de vino. Y es que no existe, pese a la mucha cerveza que se sirve, una cultura de mimo y esmero a la hora de servir cerveza en un vaso. Es responsabilidad del hostelero cuidar el producto estrella, y en la mayoría de ocasiones la caña sale mal tirada.

Se nota, porque llega a la mesa sin esos dos centímetros de espuma que recomiendan los expertos. Se nota también porque no se produce bajo esta capa de espuma lo que se conoce como nube, que es el carbónico acumulado bajo la crema que es donde se conserva el sabor y el aroma de la cerveza elegida. Y se nota mientras se bebe porque no se van formando esos aros de espuma residual mientras se consume la cerveza.

Resulta curioso que la mala praxis a la hora de tirar una caña esté provocando que existan bares famosos porque sencillamente tiran bien las cañas. Pero así está pasando. Son bares que humedecen el vaso con agua antes de servir la cerveza con el objetivo de refrescar el continente. Son bares que abren el grifo, descartan esas primeras gotas y luego sitúan la copa a 45 grados dejando que la cerveza se deslice por su interior. Son camareros que dejan resbalar la cerveza cerca de la salida del grifo evitando movimientos de escanciado, los mismo que cuando quedan unos dos centímetros para su llenado, cierra el grifo, retiran la copa e inician el último proceso, tan importante como todos los demás.

Porque la crema, ese sombrero blanco típico de esta bebida, es realmente necesario, y es donde se nota a primera vista si estamos ante una caña bien tirada o nos encontramos con la cerveza que habitualmente se consume en La Rioja. Crear esa tapa tiene su aquel. Se gira el grifo en sentido contrario, y crea ese chorro blanco que acaba por ir llenando la copa. Hay quien se garantiza una espuma extraordinaria dejando que rebose durante unos segundos para que se fije con perfección.

Así que da igual cómo se llame una cerveza, porque lo importante está en su interior, en si se tira bien o mal la bebida estrella de la primavera. Queremos saber dónde se tiran buenas cervezas en La Rioja. Haznos llegar tus lugares favoritos en el email [email protected] y en el número de Whatsapp +34 602 262 881.

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