La Rioja

Un Casco Antiguo logroñés fuera del amparo de las zonas de protección acústica

Un Casco Antiguo logroñés fuera del amparo de las zonas de protección acústica

El vecindario de las calles Herrerías, Travesía de Palacio y el entorno de la plaza de Santa Ana ha recogido cerca de medio millar de firmas para reclamar que estos lugares sean incluidos en el mapa de zonas de protección acústica especial que el Ayuntamiento de Logroño ha diseñado recientemente. Para ello, han presentado esta semana una instancia general en el registro del Consistorio para solicitar que sus calles no se queden fuera de esta propuesta.

En concreto, una de las zonas planteadas como espacio de acústica especial abarca el centro histórico y su extensión llega hasta las discotecas situadas en Duquesa de la Victoria y Siervas de Jesús, y la otra comprende desde la calle Vitoria hasta un tramo de las calles Labradores y Fundición. “Un mapa que termina en la plaza del Mercado, como si más allá de allí la gente se evaporase. Pues no, esa gente recorre las calles aledañas dejando a su paso orines, vómitos, vasos y botellas por el suelo… Por no mencionar los gritos, el ruido de megáfonos y las carreras con los contenedores que hacen. Esto es lo que vivimos todos los fines de semana”, lamenta una de las vecinas afectadas.

“Más allá de lo que finalmente se haga con este mapa, porque ya en 2019 se contaba con uno pero jamás se usó, esperamos que nos tengan en cuenta antes de la presentación oficial del diseño, porque si no significará que directamente ni existimos”, insiste. Un mapa, asegura, que se ha diseñado en base a la ubicación de los bares y discotecas de la ciudad, “pero es que la gente no se concentra solo ahí”.

Además, de aquella docena de merenderos sin licencia de actividad localizados por la Policía Local de Logroño en el último trimestre, estos vecinos aseguran que tres de ellos se encuentran en sus zonas de residencia, concretamente dos en Herrerías y otro en Travesía de Palacio. “La gente que está en esos merenderos ilegales debajo de nuestras casas no se queda todo el rato dentro, sino que salen a la calle con vasos, gritando y demás impidiendo nuestro descanso, siendo la plaza de Santa Ana un punto crítico”.

Un vecindario que está harto del ruido y de no poder descansar porque “la fiesta no acaba en la puerta de los bares”, sino que continúa en sus calles. Una situación que ya venían sufriendo desde hace años, aunque aseguran que es a raíz de la pandemia cuando más se agravó.

“El Casco Antiguo de Logroño está en deterioro y es una pena porque se está convirtiendo en un Port Aventura del ocio. Y ya no es ocio nocturno, ya es ocio ultra. Por el día hay apartamentos turísticos y por la noche, bares y discotecas, pero los vecinos ahí no contamos para nada porque ya nos han quitado el comercio. Ahora es más difícil comprar una barra de pan en el Casco Antiguo que un gramo de cocaína”.

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