El equipo de Gobierno Local de Logroño ha propuesto definir dos zonas de protección acústica, una para el centro histórico, cuya extensión llegue hasta las discotecas situadas en Duquesa de la Victoria y Sierva de Jesús, y otra que comprenda desde la calle Vitoria, hasta un tramo de las calles Labradores y Fundición.
Lo ha indicado este jueves el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero, en una rueda informativa, en la que ha recordado que el Ayuntamiento comenzó en 2021 la revisión del mapa estratégico de ruido y del plan de acción en materia de contaminación acústica de Logroño, y alguna de sus fases fueron aprobadas recientemente en el pleno municipal.
Ha explicado que los datos de partida para comenzar este estudio de protección acústica son todas las quejas y denuncias registradas por ruido, que “dan muestra de un mapa aproximado para determinar las zonas donde hacer las mediciones necesarias para completar dicho estudio”.
Las mediciones, ha indicado, se realizaron con dos métodos diferentes, uno de larga duración mediante estaciones de motorización fijas, y otro de corta duración mediante sonómetros portátiles.
Las mediciones de larga duración se realizaron mediante ocho estaciones de motorización durante tres semanas, para “observar los niveles acústicos a lo largo de los días laborables y durante los fines de semana”.
También se hicieron mediciones en 150 puntos diferentes entre semana y en fin de semana y se repitió la medición en los diferentes períodos que establece la normativa, es decir, de 7 a 19 horas de la tarde; de 19 a 23 horas; y desde las 23 horas hasta las 7 horas. En este sentido, Caballero ha subrayado que el resultado de las mediciones realizadas durante el fin de semana evidencia que solo el 8,6 por ciento de las 150 medidas realizadas en período nocturno cumple con el objetivo de calidad acústica, mientras que en días laborales, el cumplimiento se eleva hasta al 56 por ciento.
Ha precisado que estas mediciones se han realizado en zonas residenciales donde el máximo sería de 55 decibelios, pero “se han llegado a superar los 80”.
Las conclusiones de este estudio, ha indicado, son que los objetivos de calidad acústica se incumplen en los tres periodos del día, pero “especialmente por la tarde y por la noche, en las zonas donde existen establecimientos de restauración y con horario especial”.
A su vez, Caballero ha propuesto un plan de acción compuesto por seis líneas de actuación para que “se consiga un equilibrio entre las actividades comerciales, el derecho al descanso de las personas residentes y el ocio de la ciudadanía”.
La primera línea, ha señalado, consistirá en la puesta en marcha de una campaña de concienciación ciudadana, en la que “se ponga de manifiesto que conductas no son adecuadas para ese equilibrio entre el derecho al descanso y al ocio”.
La segunda será la evaluación en el tiempo de la percepción de la problemática en el vecindario, en la hostelería y en las personas usuarias “para conocer como es percibida la molestia originada por el ruido del ocio, determinar cuáles son sus fuentes de ruido más molestas y los principales efectos que estas fuentes producen”.
La tercera, ha añado, es el control en establecimientos y actividades, lo que incluyen la posibilidad de limitar la ampliación de actividades, revisar los horarios de funcionamiento de terrazas y veladores, y de las actividades con horario especial o limitar el número de días al año en los que se liberaliza el horario de funcionamiento de las actividades.
A su vez, ha dicho que la cuarta línea consiste en potenciar las medidas para la seguridad, control y seguimiento de la normativa en el ámbito de las zonas de protección acústica especial.
La quinta trata de reactivar la mesa de ruido e implementar las medidas y ajustarlas en función de los resultados obtenidos; y la sexta contempla el aislamiento de los receptores, para lo que “se facilitaran planes de aislamiento acústico para viviendas”. El deseo de este equipo de Gobierno, ha concluido, es avanzar en la convivencia de esta ciudad, “donde las actividades en el ámbito residencial deben ser compatibles con el descanso”.
