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El Luis de la Fuente más ‘canallita’ se divierte en ‘El Hormiguero’

Luis de la Fuente, seleccionador español, ha participado este martes en ‘El Hormiguero’, dejando algunos detalles de la futura selección nacional. Desde su entrada a plató, el jarrero ha querido ilusionar a los asistentes, al repartir cinco camisetas de La Roja: «Quiero 48 millones de jugadores, que empiecen ya con esa ilusión». De la misma forma, ha afirmado que la lealtad será uno de sus principales valores: «Quiero 25 guerreros en la selección, 25 espartanos que estén conmigo a muerte».

El riojano accedió al cargo tras la eliminación en octavos del Mundial de Catar, ante Marruecos: «No me lo esperaba, me llamó Luis Rubiales y acepté sin pensármelo. Quiero agradecer a Rubiales su apoyo y a Luis Enrique el que me haya dejado una buena base». Sin embargo, su humildad sigue intacta: «Como en el mismo sitio, estoy con la misma gente y duermo muy tranquilo». Un descanso incluso en momentos difíciles de imaginar: «Salimos del hotel y camino del estadio, me dormí en el autobús antes de una final. Soy muy afortunado». Siempre entre risas y con buen humor, pronto se ha ganado a la audiencia.

De la Fuente tiene ganas de empezar a trabajar y cambiar cosas en la selección española: «No me gusta demasiado ni el fracaso ni el halago excesivo; la clave es el equilibrio. A mí me gusta sacar lo mejor de los futbolistas, que se sientan cómodos y también quiero aportar algunos registros nuevos». No ha querido dar ningún nombre propio, aunque ha abierto las puertas a futbolistas como Sergio Ramos o Iago Aspas: «Tienen posibilidades, pero eso no quiere decir que vayan a venir». Desde luego, no será por trabajo: «Nosotros vemos hasta 50 partidos por semana». Una cantidad incontable de horas de dedicación.

Su método es el siguiente: «Controlamos a todos los futbolistas españoles y acotamos hasta un campograma de 70-80 futbolistas, con 6-7 jugadores por cada posición y lo reducimos hasta dar la lista. Vemos todos los partidos de cada jornada en España y otras ligas extranjeras (Italia, Alemania, Francia y Holanda) donde juegan españoles». La tecnología le echa una mano: puede ver partidos solo con balón en juego o solo con acciones de esos jugadores: «Si tienes voluntad, interés, tiempo e ilusión todo es más fácil».

Su clave es el el colectivo: «Si un jugador no entiende que lo importante es poner el talento individual al equipo, entonces no vendrá. Resta más que suma. Un mal día en una competición te manda a casa». Un exfutbolista profesional y apasionado de su profesión puede explicar bien cómo funciona: «Para triunfar en el fútbol hay que jugar bien de forma imprescindible, pero son más importantes los mil detalles más (ser profesional, disciplinado, capacidad de sacrificio o buen compañero). He tenido jugadores que eran muy buenos y no llegaron. ¿Por qué? Hay que manejar más cosas».

Gestionar un grupo humano no debe ser nada fácil: «Tienes que conocer bien a los jugadores, a algunos les tienes que morder la yugular y a otros, hablarles al corazón». Más explicado: «Hay momentos donde vale todo. A veces tienes que agarras a un jugador, delante o no de compañeros. No humillarle, pero sí llevarle contra la pared y decirle, oye mira, esto no es así. Por fortuna nos pasa poco».

También ha habido tiempo para las anécdotas y chascarillos. Por ejemplo, ¿de qué color jugará España?: «Quiero que juguemos con camiseta roja y pantalón azul, como hemos jugado siempre de local. Otra cosa es de visitante. Tengo bastantes cosas de las que preocuparme, como para estar con los pantaloncitos (jajaj). U otro más chistoso: «Cuando yo jugaba, después del partido, por la noche ibas al programa de TV y te maquillaban. Después me decían: ¿te vas a quitar el maquillaje? No, esta noche no (risas)».  Todo valga por tener éxito en el amor.

Lo último han sido las tradicionales ‘Trancas y Barrancas’. ¿Su look?: «Trato de ir cómodo, fresco, por si hay que salir corriendo  delante o detrás de alguien. ¿Sexo en las concentraciones?: «Sí, pero que lo hagan con sus señoras». Y una reflexión final: «Hay que predicar con el ejemplo, si se les exige que hagan algo, tienes que dar ejemplo. No creo en la jefatura, sino en el liderazgo». Para modelo a seguir está el propio riojano; al que no le faltan ni músculos, ni forma física. Una buena forma de empezar.

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