Deportes

Las gafas del presidente

“No tardaremos mucho en saber si esta rueda de prensa nos pasará factura o no”. Se refiere un trabajador de la Unión Deportiva Logroñés a la ya famosa intervención de Félix Revuelta, presidente y propietario del club, el pasado miércoles 4 de enero, cuando sobre el césped de hierba artificial de la nueva ciudad deportiva se improvisó una rueda de prensa en la que el propietario arremetió prácticamente contra todos, cuando nadie lo esperaba.

En especial contra el Ayuntamiento de Logroño, más concretamente contra los técnicos de esta institución. Les recrimina su lentitud y les pide agilidad para remitir de vuelta un papel, “entregado en noviembre”, que posibilite lo que todo el club está deseando, que los futbolistas comiencen a entrenar “cuanto antes” en estas nuevas instalaciones, siempre sin público ni aficionados.

Cubierto por esas gafas ‘quevedescas’ que luce desde hace ya unos cuantos años, Revuelta volvió a tirar de una vieja estrategia (meter presión) para agilizar si cabe aún más una obra que se ha levantado en tiempo récord: en solo 11 meses el Barrio de Valdegastea se ha abrochado para siempre por el oeste y Logroño queda resuelto por esa zona de la ciudad. En menos de un año han surgido tres campos de fútbol, dos edificios anexos y una balsa que han requerido de un movimiento ingente de tierras y rocas para asentar la ciudad deportiva.

Y aun así no parece ser lo suficientemente rápido para el propietario, que se dice “ya mayor” y se muestra ansioso de ver a los equipos entrenando en la ciudad deportiva tras una inversión de siete millones de euros. Mete presión mientras que a su alrededor todo el mundo parece exhausto por el esfuerzo que ha requerido una infraestructura como ésta sin los medios humanos ideales y suficientes para conseguirlo. Y se ha logrado. Un club que hace cuatro años debatía sobra la necesidad o no de profesionalizar sus servicios médicos ahora dispone de una ciudad deportiva en propiedad. Pero sigue sin ser suficiente.

El presidente ha metido presión una vez más, para sorpresa de prácticamente todos, como se pudo observar mientras Revuelta atendía a los medios el pasado miércoles con la intención de apretar una vez más. Mientras hablaba el presidente, los que sí están en el día a día del club se agitaban, revueltos, ante lo que sin duda eran unas declaraciones excesivamente elevadas por muchos motivos.

Félix Revuelta en una visita a la ciudad deportiva hace un par de meses.

Lo que era una primera visita a la ciudad deportiva y por tanto un día para celebrar, el presidente no cedió, a través de su gafas, ni una pizca, y siguió metiendo presión dentro y fuera. Es más, la aumentó, soliviantando a propios y extraños. Porque sinceramente no era ni el día ni el lugar para una nueva ‘revueltiña’, sabedores todos de que la obra está prácticamente finalizada y de que ese día (el pasado miércoles) en Las Gaunas se iba a vivir una gran fiesta con un lleno histórico. Ni por esas. Un gran día que para la hora del vermut ya estaba repleto de nervios e incertidumbre. Otra vez a vueltas con la estrategia de apretar, como ha hecho siempre que ha hablado públicamente de la ciudad deportiva una vez logró comprar las doce hectáreas a nombre del club.

La visita con los constructores, la presencia de los medios de comunicación por primera vez, el lleno de Las Gaunas… cuestiones que a Félix Revuelta ya no le preocupaban lo más mínimo. Es como si a través de sus gafas del pasado pudiera vivir unas semanas por delante. Así es el propietario del club. Pero su visión, a través de esas gafas, no parece ahora mismo la más acertada o al menos la más adecuada; y su discurso, desde el que viene solo muy de vez en cuando a la ciudad, corre el riesgo de sonar histriónico. Como sucedió el pasado miércoles.

Félix Revuelta se quita sus gafas justo antes de acceder a la residencia que el club tiene en el centro de Logroño.

Ese día sus palabras fueron en una dirección, mientras que en el club hubieran deseado un tono mucho más rebajado, el que conviene utilizar en los días de celebración y que resulta necesario para las personas que en el club trabajan con las instituciones desde la cercanía que requiere el día a día de muchísimos problemas y situaciones diversas que deben ser solucionadas en colaboración con el Ayuntamiento de Logroño, entre otros.

La jornada del pasado miércoles requería de buenas palabras y felicitaciones mutuas por la colaboración que ha permitido levantar una ciudad deportiva en menos de un año. Un éxito de la Unión Deportiva Logroñés, pero también de Logroño. Y no fue así. Mas presión y más madera a través de unas gafas que a veces le impiden ver la realidad de una ciudad de provincias alejada del ruido ensordecedor de las grandes urbes. Aquí, quiero pensar, con buenas palabras y las cosas bien hechas, en lugar de con palos y las cosas bien hechas, se llega en la mayoría de ocasiones mucho más lejos.

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