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Un ‘Gran Hermano’ para el uso racional de los medicamentos

En las instalaciones del CARPA en Logroño se encuentra uno de los servicios menos conocidos de la Consejería de Salud: la Unidad del Uso Racional del Medicamento, integrada en la Dirección general de Humanización, Prestaciones y Farmacia. Su objetivo no es otro que contribuir a la optimización de la prescripción de medicamentos que se lleva a cabo desde las consultas de los médicos de atención primaria y también los hospitalarios. Su objetivo es claro: que la medicación sea cada vez más eficiente para el paciente y el sistema de Salud que dedica al mes en torno a 7 millones de euros en los fármacos subvencionados que se dispensan en las farmacias riojanas.

“Afortunadamente, cada vez se diagnostica de una manera más rápida y eficaz y la población tiende a vivir más años; Todo esto se traduce en un incremento de personas polimedicadas”, explica Gonzalo Aparicio, director general de Humanización, Prestaciones y Farmacia. Además, la innovación farmacéutica proporciona a los clínicos más opciones terapéuticas; Todo ello hace que sea imprescindible un control por parte de la Administración del uso racional de los medicamentos.

El trabajo diario de esta Unidad va en dos direcciones: por un lado, formar e informar a los profesionales de cuáles son los medicamentos más eficientes para cada tipo de paciente y por el otro educar a la población en la importancia de seguir detalladamente las pautas ofrecidas tanto por los médicos como por los farmacéuticos, es decir, la adherencia al tratamiento.

“La idea fundamental es que los pacientes reciban la medicación apropiada para sus necesidades clínicas, a dosis ajustadas a su situación particular, durante un periodo adecuado de tiempo y con el menor coste posible para ellos y para la comunidad”, dice Aparicio refiriéndose a la definición que la OMS ofreció ya en 1985 sobre el uso racional del medicamento.

Dosis, duración del tratamiento, tipo de administración… todo es importante para tener al paciente en el centro y medicarle de la forma más eficiente. De esta manera, se contribuirá a la mejora de la calidad de vida y salud del paciente y a la sostenibilidad del sistema, que podrá destinar más recursos para la adquisición de fármacos novedosos y prometedores en las diferentes áreas terapéuticas.

“Ese control sobre la eficiencia del sistema, contribuye a que se puedan adquirir medicamentos más costosos como los relacionados con la oncología y otro tipo de enfermedades”, comenta Aparicio. Además, con la utilización de los medicamentos apropiados se evitan muchos problemas asistenciales. Administrar desde el principio la medicación precisa supone no tener que volver a utilizar el sistema sanitario por un mismo motivo.

“Llevamos a cabo una tarea muy necesaria: La revisión de tratamientos; Además, elaboramos y emitimos recomendaciones de prescripción a todos los clínicos.” cuenta Mónica Rodrigo, una de las farmacéuticas responsable de la Unidad, enfatizando en la importancia de la buena utilización por parte del paciente o de sus cuidadores: “Se puede hacer todo el circuito correctamente (diagnóstico, elección del tratamiento, dispensación) pero si finalmente el ciudadano no utiliza adecuadamente el medicamento, el beneficio de éste se pierde”, comenta. Por eso la adherencia al tratamiento es fundamental.

Para ello, desde esta Dirección General de Farmacia junto al Seris se trabaja en diferentes frentes. Uno de ellos es el PRAN (Plan Nacional frente a la Resistencia de Antibióticos) que intenta reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencia a los antibióticos y, consecuentemente, reducir el impacto de este problema sobre la salud de las personas y los animales, preservando de manera sostenible la eficacia de los antibióticos existentes. “Es importante seguir las indicaciones de los profesionales y especialmente no automedicarse”, insisten.

Por otro lado, se manda información a los médicos del sistema sanitario riojano. “Se elabora un informe detallado y personalizado para cada médico donde se recomiendan los medicamentos más eficientes así como otro tipo de información farmacoterapéutica”, explica Sara Palacios, farmacéutica responsable del servicio.

Asimismo, se envía información sobre medicamentos inapropiados para determinados pacientes. “Por ejemplo, se señalan posibles interacciones entre dos medicamentos concretos o la ineficacia a determinada edad de un medicamento específico porque origina efectos donde el riesgo está por encima del beneficio”, comenta Palacios.

Las novedades que se comercializan, los medicamentos que no aportan demasiado al paciente y que se pueden evitar, todo pasa por un programa que avisa al médico a la hora de prescribir un medicamento. “Hay mensajes que informan de que ese medicamento tiene un biosimilar, incluso si es una medicación que puede llevar a confusión con otra”, comentan.

Otro proyecto coordinado desde este Servicio, se centró en el buen uso de las heparinas. Hace un tiempo analizamos la utilización de la heparina ante una operación menor cuando se dejaba el Sintrom y concluimos que no siempre era necesario; elaboramos un informe para determinar su administración en estos casos y evitar así la sobremedicación en esa población”, explican las farmacéuticas responsables. “También notamos un incremento no justificado de consumo de opioides para tratar dolores crónicos no oncológicos, se trabajó un documento con la unidad del dolor para ver en qué casos está más indicado y en cuales no era necesario”, comentan.

Un trabajo en equipo que pretende sobretodo tener al ciudadano en el centro del sistema y humanizar el uso de medicamentos porque de esta manera se favorecerá la salud y calidad de vida de los pacientes.

* Contenido especial para el Gobierno de La Rioja

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