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El ojo que todo lo ve para mantener sanos y salvos a los riojanos

Epidemiología: el ojo que todo lo ve para mantener sanos y salvos a los riojanos

Dentro de los diferentes servicios que ofrece la Consejería de Salud del Gobierno de La Rioja, el de Epidemiología y Prevención Sanitaria, dentro de la Dirección general de Salud Pública, era uno de los grandes desconocidos para el ciudadano de a pie. Y hay que decir ‘era’, porque con la llegada del COVID la población descubrió la labor fundamental que llevaba desempeñando desde hacía décadas y que la pandemia visibilizó: la vigilancia de las enfermedades transmisibles. Incidencias acumuladas a catorce días, incidencias a una semana, ya nada de esto es raro para los riojanos. Desde el antiguo edificio del Banco de España trabajan para vigilar el incremento de las enfermedades, cómo suben y bajan los picos y si las medidas que se toman son eficaces frente a determinadas enfermedades.

“Los sistemas de vigilancia de enfermedades transmisibles son habituales en todos los sistemas de salud desde hace más de un siglo”, explica el jefe de sección de informática sanitaria, Enrique Ramalle. Tuberculosis, sarampión, varicela, han sido enfermedades que han tenido una vigilancia extrema durante décadas porque eran las más importantes del pasado siglo. Eso mismo se ha querido llevar a cabo con las enfermedades crónicas más habituales en los últimos años y en La Rioja ya está consolidado el sistema de vigilancia de enfermedades como el cáncer (en sus más de doscientas localizaciones), las cardiopatías isquémicas, los ictus o las enfermedades raras.

“En La Rioja llevamos desde hace más de veinte años registros y tratando tener información de enfermedades crónicas; en paralelo, el Ministerio de Sanidad está tratando de impulsar un proyecto para que todas las comunidades tengas criterios similares”. Métodos para monitorizar estas enfermedades y así ver con el paso de los años cómo aumentan o disminuyen. “La utilidad fundamental es llamar la atención sobre cambios en el patrón de comportamiento de estas enfermedades”. Uno de los casos más evidentes en los últimos años ha sido la mortalidad por cáncer de mama. “Hemos visto cómo iba disminuyendo con los años y como aumentaba el cáncer de pulmón. Podemos demostrar con datos que la implantación de los programas de detección precoz de cáncer de mama afectaron a la disminución de la mortalidad”.

“Es una forma de proporcionar información para que quienes tengan que tomar decisiones sepan cómo cambian las enfermedades y evaluar las intervenciones que se han llevado a cabo”, y señala que la implantación de la Unidad de Ictus en el hospital San Pedro provocó una disminución en la mortalidad por esta enfermedad. “Teniendo los datos podemos evaluar”, asegura Ramalle. Este tipo de datos les ofrecen de esta manera las tendencias en el tiempo, cambios y así se pueden atribuirlos a conductas, patrones de comportamiento o atribuirlas a servicios con los que se ha dotado el sistema.

De momento hay vigilancia en La Rioja en todos y cada uno de los doscientos tipos de cáncer, en infartos o anginas y en ictus. Además existe otro sistema de vigilancia de enfermedades raras. “Hay propuestas para ir ampliando los servicios que se están valorando”, adelanta. Muy probablemente se pondrá en marcha un sistema de vigilancia para enfermedades neurológicas y otro para muertes por suicidio. Los plazos son difíciles de saber. “Montar un sistema de vigilancia lleva mucho tiempo, parece muy sencillo pero el registro de enfermedades raras se puso en marcha en 2010 aunque empezó a trabajarse en él en 2002. Hay que crear las bases de datos y, sobre todo, conseguir que todo el mundo funcione con los mismo criterios”.

El servicio va aún así mucho más allá. Hay que estar muy pendientes de las señales de alerta, explica Eva Martínez, jefa del Servicio de Epidemiología y Prevención Sanitaria, que pone un ejemplo sencillo. “Tuvimos una época en la que vimos que la tosferina estaba apareciendo en lactantes pequeños a los que no les había dado tiempo a vacunarse. Esto estaba suponiendo ingresos en UCI e incluso algunos fallecimientos”, cuenta. Encontrado el problema sólo había que buscar una solución: “Se comenzó a vacunar a las madres en el último trimestre del embarazo y vimos cómo se controlaba el problema”.

Así el servicio cuenta con tres secciones: la vigilancia epidemiológica y control de enfermedades transmisibles, la vigilancia de salud laboral y la información sanitaria con registros de enfermedades crónicas. Además llevan entre manos otras cuestiones como la vigilancia e inspección de los centros que realizan micropigmentaciones (tatuajes y piercings).

“Los tatuajes ya no son lo que conocíamos hasta ahora”, comenta Rosario Ibáñez, responsable de esa vigilancia. El arte corporal se ha extendido de una manera que es complicado que alguien no se haya hecho en su vida un tatuaje, un piercing o una micropigmentación en un centro de estética. “Hace ya años que se vio que había que establecer unos requisitos de seguridad para que se hiciesen de forma correcta las cosas y se decretaron las condiciones higiénico-sanitarias que necesitaban estos establecimientos”.

El objetivo era controlar que tanto los centros de tatuajes como cualquier tienda que coloque piercings o los centros estéticos que hagan micropigmentación tuviesen las condiciones necesarias de seguridad y que las personas que las aplican tuviesen unos requisitos de formación. El informe fundamental que da el visto bueno para que un centro de estos abra sus puertas lo llevan a cabo ellos con revisiones a las instalaciones pero también control de las agujas, las tintas, cualquier aparato que se utilice… Todo ello con el fin de ofrecer la seguridad necesaria a los clientes y que sepan que los establecimientos que están abiertos legalmente en La Rioja son sanitariamente seguros.

Y solo los que están abiertos legalmente, porque “es difícil combatir las malas prácticas de personas que trabajan en casa o en locales no homologados”. Así aprovechan para recordar que “todos deben informar al usuario, deben informarle de los posibles riesgos por escrito, con un consentimiento firmado donde aparece la zona donde se tatúa, las dimensiones del tatuaje…”

Un servicio poco conocido hasta ahora cuya principal finalidad es prevenir enfermedades y una vez que estas aparecen monitorizarlas de tal forma que se pueda trabajar de forma lo más rápida posible por controlarlas.

* Contenido especial para el Gobierno de La Rioja

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