El BM Logroño ha viajado este viernes a Maia, en el norte de Portugal, para tratar de encauzar la eliminatoria previa a la fase de grupos de la Liga Europa, antigua EHF, ante el Aguas Santas, un equipo desconocido del que no se fía.
El equipo de la región de Oporto, formado íntegramente por jugadores lusos, fue cuarto en su campeonato, lo que supone ser el primero tras los que viven a la “sombra” de grandes clubes de fútbol: Benfica, Sporting de Lisboa y Oporto.
Algo que avala su capacidad para competir ante rivales que manejan mucho más presupuesto y que fueron los únicos que le superaron la pasada campaña. Este verano se ha reforzado con algunos de los talentos jóvenes del balonmano portugués y con el entrenador luso Ricardo Moreira, un técnico joven formado en el Oporto.
Un técnico que ha impuesto un método poco habitual en el deporte profesional actual, el de tratar de ocultar a su propio equipo y ha determinado que no se graven sus partidos de pretemporada, según ha asegurado el entrenador de los riojanos, Miguel Ángel Velasco.
Por eso “vamos a hacer nuestro partido y a tratar de sacar un buen resultado, pero no tenemos referencias”, ha lamentado el entrenador, que ha viajado a Portugal con toda la plantilla completa, salvo el portero Merkelau, fichado ayer y que no está en Logroño, que será sustituido por Romeo, un meta que colabora habitualmente con el primer equipo riojano y que en el pasado formó parte de la plantilla, aunque, en realidad, lo más normal sería que jugara todo el partido Jorge Pérez.
La otra novedad en la expedición es la presencia de Dutra y Javier Rodríguez, que también participarán en el partido “a ciegas” ya que apenas llevan tres entrenamientos con sus compañeros al ser los últimos en incorporarse al equipo. El conjunto español ha viajado con una consigna clara: sea como sea el partido deben traer un resultado que les de garantías de pasar a la fase de grupos la próxima semana.
