Crisis del Coronavirus

La Rioja, por primera vez lejos de la cresta de una ola en la pandemia

La Rioja, por primera vez lejos de la cresta de una ola en la pandemia

Más vale tarde que nunca. Algo está cambiando en La Rioja respecto al impacto que la pandemia en el territorio. Y lo hace para bien. Porque al contrario que ocurriera en las cuatro primeras embestidas del COVID, en esta quinta ola la comunidad no se encuentra (al menos por ahora) entre las más castigadas por la incidencia del virus. No hay quinto malo, que dice el refrán.

Durante el primer año y medio de convivencia con el virus, mirar cómo se elevaba la curva riojana no era sino el presagio de lo que llegaría en pocas semanas al resto del país. Así ocurrió a lo largo del pasado año. Los contagios se multiplicaron en Haro y se extendieron por el resto de la región, situando a La Rioja como la región con mayor incidencia acumulada del país en la fatídica primavera de 2020.

Tras el verano,minis. El triángulo formado por La Rioja, Navarra y País Vasco, junto con la Comunidad de Madrid, encabezó la tendencia que seguiría el conjunto de España hasta finales de año. Tampoco era de extrañar, por tanto, que en la tercera acometida de la pandemia La Rioja estuviera entre los puestos de cabeza, al alcanzar los 1.347 positivos por cada cien mil habitantes (la incidencia acumulada más alta hasta el momento) a finales de enero.

En la segunda primavera del COVID, de nuevo, echarle un ojo a la situación en La Rioja era la mejor previsión para saber cómo se comportaría una cuarta ola en la que las vacunas ya empezaban a hacerse notar, reduciendo la letalidad del virus y menguando los ingresos hospitalarios en la región.

Ahora, por primera vez desde que comenzó la pandemia, la región se sitúa en el vagón de cola del conjunto nacional, al registrar la séptima incidencia acumulada más baja del país (338 casos por cada cien mil habitantes), a 200 casos de la media estatal (537) y a 800 de Cataluña, que se sitúa en la cresta de la quinta ola con 1.160 casos por cada cien mil habitantes.

Además, la tendencia es positiva: la ola avanza en La Rioja tres veces más lento que en el conjunto del país. Y que siga así durante mucho tiempo.

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