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La simbiosis perfecta: excelencia académica y nuevas tecnologías

Educación y tecnología van de la mano, y más ahora en este mundo tan globalizado. Las nuevas tecnologías se han convertido en una herramienta fundamental para fortalecer la enseñanza y el aprendizaje, además de desarrollar habilidades colaborativas e infundir valores.

Desde el colegio Alcaste-Las Fuentes tuvieron muy claro hace ya más de siete años que la tecnología era el medio idóneo para enriquecer el proceso de aprendizaje a través de un cambio en los esquemas a nivel metodológico con el objetivo de sacarle el máximo provecho a un dispositivo. Desde el año 2014, el centro empezó a incorporar las tablets en las aulas, convirtiéndose así en un colegio pionero en este campo en La Rioja.

La idea era aprovechar el atractivo de las tecnologías para motivar a los alumnos y demostrarles, a ellos y a sus familias que “si queremos trabajar las competencias del siglo XXI, los sistemas tradicionales ralentizaban mucho el proceso. De esta forma, estamos dotando al estudiante de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar la información, además de ayudarles a moverse de manera segura, responsable y saludable por el universo digital”, describen desde la dirección del centro.

El papel del docente es acercar el conocimiento al alumno y cuanto más sugestivo se haga, la labor se simplifica. “El elemento motivador que tienen los chicos y chicas con multitud de aplicaciones que te presentan los conocimientos a través de retos, juegos, imágenes… contribuye a que el volumen de trabajo que producen los propios alumnos se multiplique y eso, por supuesto ayuda a avanzar”.

Con esta metodología, el feedback profesores-alumnos es tanto personal como global en cada una de las tareas que presentan los jóvenes. “Multiplicamos la comunicación con ellos y aumentamos nuestra propia productividad”. En este sentido, Alcaste-Las Fuentes está muy comprometido con la formación del personal docente en todos los ámbitos, y muy especialmente en el área TIC.

“Mantenemos un aprendizaje continuo que combina modalidades presencial y online, lo que ha permitido dar una rápida y efectiva solución a las familias con ocasión de la pandemia. De hecho, la misma semana en que comenzó la cuarentena, todo el alumnado a partir de 4º de primaria pudo continuar con sus clases, aunque en formato online”. Además, los profesores reciben el boletín quincenal ‘Píldoras de innovación’ con una cuidada selección de información especializada, y cuentan con un ‘Coach tecnológico’ que les ayuda a solucionar problemas TIC y les sugiere herramientas y metodologías acordes con sus asignaturas.

Al igual que los docentes, las familias cuentan con herramientas digitales para hacer un seguimiento de sus hijos e hijas, conocer el uso que hacen de las TIC y recibir información útil del centro: información académica, seguimiento de deberes, extraescolares, incidencias, autobús, comedor… Además, gracias a los canales de Telegram del centro, las familias tienen información útil e inmediata que pueden consultar en su móvil en cualquier momento.

Pero, como todo, un mal uso excesivo de las tecnologías puede conllevar problemas. “El manejo responsable de las TIC es algo que nos preocupa por igual a las familias y a los docentes, por ello, el trabajar con tablets nos facilita el poder hablar a los alumnos de lo que significa la ética digital: cómo utilizar la tecnología de manera adecuada sin hacer daño a otros, uniendo lazos y facilitando la comunicación”.

Desde Alcaste – Las Fuentes aprovechan las nuevas tecnologías para ayudar a discernir, valorar y filtrar la información y, por supuesto a trabajar en el autocontrol en el uso del tiempo. “No queremos que descuiden otras actividades fundamentales para la persona como la vida familiar, las amistades, el deporte o el descanso”. Todo, integrado en el Plan de Educación en Valores que defienden desde el centro.

Excelencia académica

La dirección del centro subraya la idea de que el centro no existe solo para desarrollar las competencias cognitivas e intelectuales, sino que “hablamos de formación integral”, donde los aspectos emocional, social, lúdico y trascendente, -este último, desde la total libertad de las familias-, se trabajan desde los cero años, sabiendo la importancia que tiene en el desarrollo evolutivo de los niños cada una de las áreas. “Si un alumno no está bien emocionalmente, el proceso de aprendizaje es más complicado. En Alcaste-Las Fuentes hacemos hincapié en todos los ámbitos para conseguir lo que buscamos: buenos resultados”.

Según el informe que envió la Universidad de La Rioja a los centros junto con las actas de la EBAU el 15 de julio de 2020, Alcaste-Las Fuentes es el colegio que mejor nota sacó de todos los centros de La Rioja con un cien por cien de aprobados. De hecho, en los últimos diez años, el colegio se ha consolidado como uno de los centros que lideran la mejor nota en esta prueba. Además, según el diario El Mundo, Alcaste-Las Fuentes es uno de los 100 mejores colegios de España, un reconocimiento que lleva más de 15 años ostentando.

Las cifras de abandono escolar se han vuelto alarmantes, más ahora con la pandemia, por ello, el colegio mantiene el fiel compromiso de acompañar a sus alumnos en lo que quieren hacer. “Nuestra misión es entregar hombres y mujeres que sirvan a la sociedad y la mejoren”. Un proyecto educativo que se fundamenta en el principio de que cada persona es única. Así, Alcaste-Las Fuentes pone a disposición de cada alumno y familia un asesor personal, un tutor o tutora que sigue de cerca el desarrollo educativo y personal teniendo, como mínimo, una reunión al mes.

Esta atención personalizada también se extiende a la dedicación de cada profesor hacia los alumnos, de manera que estos puedan acercarse al docente para hacerle cualquier consulta. Para ello, dentro de las líneas estratégicas del centro está la formación de todos los profesores y profesoras como tutores. “No están solo para impartir una materia o contenido concreto, existe en ellos el firme compromiso de ayudar a cada alumno a desarrollarse como persona y prepararse para un mundo cambiante”.

La atención a los estudiantes se extiende al ámbito familiar, porque el centro considera que la forma más eficaz de atender a un alumno es que el binomio familia-colegio se haga sin fisuras, en un ambiente de colaboración y mejora, marcándose objetivos periódicos. El alumno se siente así acompañado, animado y ayudado, algo clave para la mejora personal y académica. “En este centro no matriculamos alumnos, sino familias”.

Un proyecto que se culmina con el apoyo para que cada joven desarrolle su propia aspiración personal. “Todavía queda una asignatura pendiente en la Educación: las emociones. Y para nosotros es fundamental. Llevamos a cabo un plan de vinculación emocional consciente ayudados por un doctor. De esta forma, los alumnos trabajan en el aula la manera de saber reconocer sus emociones, lo que les facilita una mentalidad de compromiso social”. El objetivo es lograr que en su vida sean responsables con la situación en la que viven y se pongan al servicio de aquellos otros que, por circunstancias, viven situaciones complejas. Es continua e intensa la labor de esta conciencia solidaria.

Sin olvidar de la educación en el respeto. Respeto a los demás, respeto al diferente, respeto a uno mismo y respeto a la naturaleza. Se trabaja a través de espacios reservados para la reflexión, de las guías de estilo, se exige dentro de la cultura del colegio y con programas de educación a la afectividad y al medio ambiente como el programa CHES, un huerto en nuestro patio, la vendimia del cole…

En definitiva, una educación para un mundo cambiante, para ser personas autónomas y protagonistas, y todo ello en un clima de confianza y de colaboración con las familias. “Educamos desde las emociones y potenciamos la educación emocional, afectiva e interpersonal de los alumnos para ayudarles en su crecimiento personal”.

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