Plácida visita para el Málaga a Las Gaunas. 0-1. Victoria y a otra cosa. El Logroñés ahonda su crisis y ya no es que no quiera sino que no puede. Su rendimiento continúa en caída libre semana a semana y los puestos de descenso ya se encuentran a sólo dos puntos. Por el momento, el clavo ardiendo al que se agarra la parroquia blanquirroja: el equipo sigue fuera de la quema.
Primer tiro a puerta del Málaga, primer gol del partido. El Logroñés ha dominado durante toda la primera parte, pero la ley del fútbol siempre condena al más débil en las áreas. Y ahí, los blanquirrojos llevan semanas demostrando que son uno de los equipos más flojos de LaLiga Smartbank. Cosas de ser un recién ascendido. Al filo del descanso, cuando la nota rozaba el notable para los locales, Yanis ha hecho el 0-1 en el área pequeña al embocar a gol una prolongación con la cabeza de Caye Quintana. El poder del balón parado. En un córner, todo el trabajo al traste por la falta de contundencia a la hora de defender.
Jarro de agua fría. Desesperación blanquirroja. Pese a gozar de las mejores ocasiones en los primeros 43 minutos, otra vez por detrás en el marcador, otra vez un remate en el corazón del área y otra vez a buscar una remontada imposible. Hasta el tanto en contra, el encuentro tenía la intensidad suficiente para entretener al aficionado que comía frente al televisor un domingo. Partido bonito e igualado hasta la alegría malagueña. Las patatas bravas y el vino tinto parecían el menú hasta que este se ha transformado en espetos y manzanilla. Incluso la temperatura y el sol acompañaban. La primavera asoma en La Rioja y el balón blanco ha vuelto a nuestras vidas. Ya sólo falta el cambio de hora para dejar atrás el gris invernal.
En el descanso, el único cambio realizado por Sergio Rodríguez ha sido central por central: Pablo Bobadilla al campo, Enrique Clemente fuera. Y como el Málaga ha comenzado con más dominio de la pelota, para el minuto 53 ha llegado el segundo cambio: Olaetxea fuera, Leo Ruiz dentro. Sin embargo, las sensaciones blanquirrojas han empeorado con el paso de los minutos. Ni balón ni empuje ni claridad de ideas. Más desesperación blanquirroja al verse noqueado en la lona sin capacidad de respuesta ante el gol visitante.
Sin apenas peligro sobre el césped, más atención a los cambios. Para el minuto 63, Sergio Rodríguez ya había metido en el campo también a Siddiki (Rubén Martínez) y Sierra (Petcoff). Cuatro hombres en un cuarto de hora para cambiar el rumbo de un partido que el Logroñés ha visto cómo se escapaba de sus manos poco a poco desde que Yanis abriera la lata al filo del descanso. Y a partir de ahí, una cuesta abajo blanquirroja sin frenos. El mejor ejemplo, el gol anulado a Luis Muñoz en el minuto 75. Otra vez a balón parado. Un remate totalmente solo del mediocentro malagueño en el que cantan tanto la zaga local como Rubén Miño. Desastre en aumento.
Una segunda parte para olvidar. Siete minutos después del gol anulado, el mismo centrocampista andaluz ha estado a punto de hacer el 0-2. Por los pelos. El barco blanquirrojo haciendo aguas sin saber cómo achicarla. Ni por arriba ni por abajo. Ni por la derecha ni por la izquierda. Sólo la semana de Ciudadanos en Madrid y Murcia puede compararse al naufragio de los pupilos de Sergio Rodríguez. Preparados para lo peor. El balón al travesaño de Luis Muñoz, que entra después en la meta de Rubén Miño al 99,99 por ciento, sólo ha confirmado que el Málaga estaba más cerca de certificar la victoria que el Logroñés de conseguir igualar la contienda.
Y con las peores sensaciones posibles, el conjunto blanquirrojo suma otra derrota para dejar su casillero con 8 de los últimos 48 puntos en juego. El descanso cada vez más cerca y la orina del enfermo cada vez con peor color. Empate frente al colista la semana pasada y Las Gaunas que hace mucho tiempo dejó de convertirse en un fortín. Asomados al abismo, sólo un milagro puede cambiar la dinámica del Logroñés. Antes de viajar a Barcelona para jugar contra el Espanyol el próximo sábado (21 horas), convendría hacer escala en Lourdes.
