La árbitra riojana Lucía Gómez hizo historia al convertirse en la primera mujer en arbitrar un partido de Primera División Femenina de Fútbol Sala. Lo hizo en el duelo entre el Sala Zaragoza y el Xaloc Alacant, disputado en el Pabellón Siglo XXI de Zaragoza. La joven colegiada ha compartido sus sensaciones en Radio Rioja: “Fue un día muy importante para mí, tuve la suerte de compartir ese día junto a mi compañero Alberto Sarabia y él me transmitió un montón de tranquilidad; me dio consejos y me dijo que disfrutará del partido”.
Gómez practicó fútbol sala desde sus inicios y se define como una apasionada del deporte: “Decidí inscribirme en el Comité Técnico de Árbitros. Estaba un día en casa y vi un anuncio que invitaba a chicos y chicas a apuntarse. No quería dejar de lado el deporte, así que decidí probar. Y ellos me recibieron encantados”. Muy segura de sí misma, afirma que el encuentro le salió bien: “No me dieron demasiados problemas, no tuve nervios sobre cómo iba a ser mi actuación, porque estaba segura de que iba a salir bien”.
“Fueron muchas las personas que se pusieron conmigo para darme la enhorabuena. Me di cuenta de que fue un paso muy importante y los nervios eran por dar ese pase. Me salió todo fácil”, explica. En ese sentido, no se pone barreras: “No me quiero marcar ningún límite; yo voy a trabajar, disfrutar del momento y de las cosas. Con trabajo, dedicación y esfuerzo llegará todo”.
El camino hacia la élite
“Cuando entré en el Comité, no me imaginaba llegar a un nivel tan alto. He ido creciendo como árbitro, me han ayudado todos los árbitros y el Comité. Cuando fui con 42 compañeras de Madrid a realizar unas convivencias, me di cuenta que esto me gustaba y era mi pasión. Hay que tener muchas ganas, ilusión y pasión por lo que haces. Los fines de semana tienes partidos que son fuera, horas de entrenamiento. Igual tus amigas dicen que van a hacer este plan y a mí me apetece más arbitrar un partido. Hay que tener trabajo, ilusión, ganas, esfuerzo y pasión por lo que haces”.
Foto: Sala Zaragoza
“El arbitraje me ha enseñado que hay que tener respeto por lo que haces y las personas que te rodean. Es trabajo, nadie te va a regalar nada, siempre hay que intentar dar el máximo de uno mismo y conseguir las cosas por méritos propios”, explica Lucía. “Cuando me monto en el coche para ir a un partido ya estoy centrada, voy enfocada en un partido. He conocido a mucha gente, gracias a este tipo de deporte y al Comité. De cada persona me llevo algo”, continúa
El arbitraje riojano pasa por uno de sus mejores momentos. Soto Grado en Primera, Ocón Arráiz en Segunda y todos los demás colegiados en categorías inferiores (Segunda B, Tercera…): “Creo que esto no solo es mérito nuestro, sino también de la Federación y el Comité de Árbitros, que aportan, nos dan consejos y ponen todo a nuestra disposición para que podamos seguir creciendo”.
“Tengo a Alberto en Primera, Peregrino en Segunda, y a mis dos compañeros que me acompañan en Segunda B. Nos gustaría tener más árbitros en fútbol-sala, porque es un deporte menos conocido que el fútbol y esto es un orgullo para nosotros y para el Comité”, explica.
¿Cómo se logra esto? “Podríamos acercarnos a centros, enseñarles nuestro día a día. Es muy normal, dedicamos parte de nuestro día a entrenar y prepararnos para un partido. Van a conocer a mucha gente, vivir experiencias únicas, que vean en qué consiste el arbitraje y qué les puede apostar. Queremos ver si cada vez hay más chicos y sobre todo, más chicas. Creo que hay futuro y yo espero que esto que estoy viviendo ahora, lo vivan otras compañeras del CTA”, termina.
