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Los Pou conquistan el San Lorenzo: “Hoy al alpinismo le falta imaginación e inquietud”

Han visto el mundo desde lo más alto. Han escalado las montañas más difíciles y desconocidas del planeta y todavía siguen buscando lugares recónditos para explorar. Los hermanos Pou, alpinistas profesionales de Vitoria, acaban de alcanzar la cumbre del San Lorenzo, techo de La Rioja con 2.225 metros.

“En realidad somos vuestros vecinos. Yo he estado muchos años dando clases de esquí en Valdezcaray y cada vez que estamos en Vitoria y vemos que hay nieve vamos para allá. Tenemos una relación muy estrecha con la región”, cuenta Eneko Pou.

Recién llegados del Himalaya, los alaveses no han parado durante este año. Comenzaron abriendo la vía ‘Haizea’ en la Patagonia Argentina, llegaron hasta Noruega para escalar en hielo y, en primavera, viajaron hasta el Atlas marroquí. Lo suyo es un no parar. “Estamos muy poco tiempo en casa, tres meses como mucho al año”, así que en verano llegaron a los Andes para abrir el ‘Burrito Chin’, ‘Cabeza Clava’, ‘Andean Kingdom’ y ‘Aupa Gasteiz’.

Eneko explica que “estos viajes son muy difíciles de planificar”, ya que su hermano y él hace muchos años que van buscando “otro tipo” de montaña: “Nos gusta un alpinismo más vanguardista, más alternativo. En definitiva, diferente”.

Los Pou no van a estar en las cimas del Everest. “No vamos detrás de eso, sino detrás de la exploración. Queremos llegar a lugares en los que no ha estado nadie antes y eso es lo más difícil porque tienes que investigar mucho para llegar hasta ellos”.

Estos alaveses buscan la vanguardia del alpinismo y todo para demostrar que, “ahora mismo, este deporte adolece de falta de imaginación. La gente va a las montañas conocidas, así que te encuentras con quinientas personas en el campamento base. Por eso buscamos diferentes macizos que, seguramente, dentro de unos años serán los más famosos, pero ahora son montañas para nosotros solos”.

De entre todos los lugares que han descubierto, ambos resaltan la Antártida como el más salvaje e impresionante. “El continente helado sigue siendo el continente por explorar. ¡Queda tanto por hacer allí! Quizá sea porque es muy complicado llegar hasta ahí tanto logística como económicamente y por eso está prácticamente virgen”.

Ellos, los hermanos, no los alpinistas

Se han criado en una familia montañera, lo que les concede mayor comprensión a la hora de llevar a cabo estas “locuras”. “Aun así, somos dos y siempre vamos juntos, así que para nuestra madre, sobre todo, es difícil”.

Físicamente se preparan durante todo el año, pero no por obligación sino por gusto. “No paramos nunca. Corremos, andamos en bici, practicamos senderismo y, sobre todo, escalamos”. Y cuando tienen un ratito de tranquilidad, les encanta leer y el cine. Además, son amantes del agua, así que practican surf y les encanta navegar.

Pero solo lo físico no sirve para escalar montañas. “Tienes que ser una persona fuerte mentalmente y, sobre todo, con iniciativa aventurera. En el mundo de la montaña hay mucha gente físicamente muy buena pero muy poca con la creatividad e inquietud suficientes para descubrir y explorar nuevos lugares”.

No solo son hermanos, son compañeros. “Nos hemos criado juntos, hemos empezado en la montaña juntos y hacemos una equipo muy bueno”. Y ese es, precisamente, el punto fuerte de los hermanos Pou. Forman un equipo totalmente cohesionado, sin ningún tipo de competencia entre ellos que luchan por los mismos objetivos.

Ambos se consideran lo suficientemente reflexivos e inquietos para dedicarse cada día a la montaña. “Los dos somos hombres de acción, pero el de la aventura es Iker y el de la cabeza yo”, confiesa Eneko. Eso sí, tanto uno como otro respiran libertad, vida y optimismo, algo que tienen el poder de contagiar.

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