Miércoles, 13 de noviembre. Ocho de la tarde. El día D y la hora H. En el Mundial 82 se juega el, “de largo, partido más importante de la historia del Comillas y del Loyola”. No lo dice un cualquiera, sino Javier Adán, el técnico llamado a firmar la página más gloriosa del conjunto logroñés tras haber pasado por todos los estamentos de la entidad.
El partido de este miércoles contra el Barquereño tiene un premio inédito: jugar la Copa del Rey por primera vez en la historia del cuadro jesuita y, además, contra un equipo de Primera División. “Los que llevamos toda la vida en el club nunca soñamos con estar tan cerca de algo así”, indica el entrenador azul, que da “por supuesta” la motivación de sus jugadores ante una cita así y llama a reventar de público el Mundial 82: “Va a ser un día bonito, divertido, diferente. La Copa te da ese plus especial que todos vivimos en su día con el Logroñés y que ahora podemos vivir con el Comillas; nos gustaría que nos acompañe todo aquel que alguna vez se haya puesto la camiseta azul, tanto del Loyola como del Comillas y que nos echen una mano, porque seguro que en ciertos momentos nos va a hacer falta”.
Aunque al cuerpo técnico “nos faltan minutos para preparar el partido”, esta semana dedicarán alguna sesión específicamente dirigida a “que la ansiedad no nos pueda jugar una mala pasada si surge algún contratiempo”, ya que el Mundial 82 será, a buen seguro, una olla a presión.
Porque en lo estrictamente deportivo no hay mucho más que estudiar: “Lo hemos visto todo del Barquereño; de los trece partidos que han jugado hemos analizado diez en vídeo y hemos visto alguno de forma presencial”, explica Adán, que destaca de su rival que “es un equipo acostumbrado a jugar en dimensiones reducidas, muy aguerrido, al que es muy difícil hacerles gol porque son muy solidarios y con un juego aéreo muy potente”.
Javier Adán, técnico del Comillas.
Con todo, el entrenador logroñés se ciñe al clásico de que en estos partidos no hay favoritos: “Si quieres, tal vez podemos decir que está un 55% a nuestro favor por jugar en casa, pero somos dos equipos muy parecidos; ambos somos recién ascendidos a Tercera División, mantenemos prácticamente el mismo bloque que la pasada temporada y nuestras trayectorias son similares”.
Y así, con una revolución de mariposas en los estómagos de la gran familia azul, el Comillas cuenta las horas para disputar un partido trascendental en la historia de la entidad. Ese que tiene como premio un billete directo hacia la Copa del Rey, con un equipo de Primera División rumbo a Logroño para enfrentarse al equipo más ilusionado de España.
