Extraño encuentro el que han disputado Balatonfüredi y BM Logroño en tierras húngaras. Ambos equipos han saltado a la cancha sin ninguna opción de clasificación. Las dos plazas ya están copadas por Füchse y Saint Raphael. En un Vezsprem Arena prácticamente vacío, no parecía jugarse un encuentro de Copa EHF. El deporte tiene estas cosas. Para colmo, los riojanos han caído por 35-34. Una mala segunda parte (20 goles encajados) ha sido la clave de este tropiezo. Ha habido tiempo para los menos habituales.
El inicio ha supuesto un intercambio de golpes (5-5, minuto 8). Topic ha comandado el primer arreón local, con varias dianas en escasa franja de tiempo. Los magiares han seguido acertados hasta coger la máxima (11-7, minuto 14), al aprovechar varios contragolpes y errores visitantes en la construcción. En ese momento, se ha invertido la tendencia y han sido los logroñeses quienes han aprovechado huevos en la zaga oponente (12-12, minuto 20).
En los minutos previos al intervalo, ha emergido la figura de Miguel Sánchez-Migallón, cuyas buenas acciones han colocado a los riojanos por delante al descanso (15-16). Poco a poco, la escasa hinchada se ha animado. Eso sí, los ruidos de los jugadores y el sonido de sus pisadas han sido perfectamente audibles en todo momento. Sensaciones atípicas e igualdad onmipresente (21-21). El último tercio de encuentro ha supuesto un éxtasis ofensivo, con ambos arqueros por debajo del 30% de efectividad.
Mathe (10/13) y Szita (8/11) han empujado a los anfitriones hacia la victoria. El BM Logroño ha bajado su intensidad defensiva y lo ha acabado pagando con la derrota. Y eso que los de Miguel Ángel Velasco han conseguido abrir un poco de brecha (23-25, min 48), hasta llegar al 28-28 a falta de diez minutos. En ese tramo, Balatonfüredi se ha llevado por delante a los riojanos. Han sido unos últimos minutos de infortunio y malas sensaciones.
Vanja Ilic (8/9) ha hecho un encuentro casi perfecto, pero a falta de un minuto y con 35-34, ha fallado un lanzamiento clave. No se le puede reprochar nada al serbio. Tampoco ha sido el día de Juan del Arco o Fekete, que ha jugado en su país natal. De todas formas, ha podido llegar el empate en la posesión final, pero el equipo no ha estado acertado. El último lanzamiento a la desesperada no ha cogido puerta. Toca luchar por la segunda plaza en ASOBAL o, al menos, por sacar el billete europeo.
