La Rioja

Tras el cierre del dispositivo, los temporeros tuvieron que buscarse la vida

Tras el cierre el dispositivo… los temporeros tuvieron que buscarse la vida

El día después del cierre del dispositivo municipal para temporeros del Ayuntamiento de Logroño había incógnitas: ¿qué iba a ocurrir con las 160 personas que la noche anterior habían llenado para dormir el polideportivo de El Espartero? ¿Sería suficiente el recurso que había quedado disponible, el Centro Municipal de Acogida (CMA), con 46 plazas, de las que el domingo se habían ocupado 31, según fuentes municipales?

NueveCuatroUno ha salido a la calle a comprobarlo. En torno a las diez de la noche, a la misma hora que el domingo 160 temporeros hacían fila en el polideportivo de El Espartero para dormir, este lunes no había nadie. Un cartel en la puerta informaba de que el día 14 era el último en el que se podía pernoctar allí. En el interior de las instalaciones deportivas un grupo de chavales entrenaba a baloncesto. Vuelta a la normalidad más absoluta.

En torno a la estación de autobuses se vivían distintas situaciones: los que merodeaban en la entrada principal, los que estaban de espera junto a montones de maletas y bolsas, los que pasaban el rato de charla en los bancos de la plaza de los Derechos Humanos o los que tomaban algo y se entretenían en los bares de la avenida de España.

El pasaje de Vara de Rey ha sido el lugar preferido para pernoctar

No muy lejos estaba la zona donde más gente se concentraba. Lo esperado. El pasaje con forma de ‘ele’ que comunica Pío XII y Vara de Rey. Con el paso de los minutos, eran más los que se iban sumando, sin masificaciones, todo sea dicho, pero sin pausa.

Y entre tanto, lo que más se sentía era ese fluir de gente de un sitio para otro. Ruidos de maletas, y no precisamente de viajeros, que iban por Vara de Rey hacia Jorge Vigón, otros que hacían la ruta opuesta, los que cruzaban Pío XII hacia Vara de Rey… Un continuo trajín. Pero no todo eran maletas, también había un lento, pero paulatino vagar de temporeros, la gran mayoría de origen subsahariano, que cogían sitio en el citado pasaje ataviados por un conjunto de cartones que previamente habían reunido de quién sabe dónde.

Alguno que otro había elegido algún cajero de la zona. Al mismo tiempo, NueveCuatroUno comprobaba si había movimiento en las inmediaciones del CMA y estaba colapsado… Aparentemente, tranquilidad absoluta en la calle Herrerías, tan solo algún temporero en la plaza de San Bartolomé.

Los temporeros que aún quedan por Logroño, tras el cierre del dispositivo municipal, se han buscado la vida esta noche como han podido. Decenas de personas han dormido en la calle y el área de la estación de autobuses ha sido un escenario con más trajín de lo habitual.

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