Hay que reconocerle a José Ignacio Ceniceros su capacidad para tumbar rivales y sortear obstáculos sin mover ni un dedo. Lo calificaremos como el alumno más avanzado del ‘Marianismo Ilustrado’, un galleguismo a la camerana capaz de soportar tempestades sin un cambio en el rostro ni un aumento de pulsaciones cuando el resto ya ha visto pasar su vida en imágenes por delante de sus ojos. Así ha llegado a sus tres presidencias consecutivas: Parlamento, Gobierno y PP. Todo “de La Rioja” como apellido.
Sin un atisbo de nerviosismo, lo mismo da que se hable de infraestructuras, sanidad, educación, fútbol… este jueves tocaba lo primero: aeropuertos, carreteras, vías, canales y puertos. Todo eso que nos falta en La Rioja o que si tenemos nos equipara con un país en vías de desarrollo.
Antes de que se firmara un acuerdo con 14 puntos que nuestros queridos políticos exhibirán como Moisés enseñaba sus tablas en el Monte Sinaí para que las carcajadas del ministro de Fomento (sea este quien sea y del partido que sea) se escuchen hasta en Turruncún, Ceniceros ya se había hecho con el control de la situación: “Bienvenidos al club del pacto”. Y así, en cinco palabras, el presidente había abierto nuestra imaginación para hacernos creer que éramos unos elegidos por asistir a una reunión de este selecto club del diálogo.
Al contrario de lo que ocurría en ‘El Club de la Lucha’, la primera regla del ‘Club del Pacto’ es que todo el mundo habla sobre ‘El Club del Pacto’. El presidente sería ese trabajador aburrido (interpretado por Edward Norton) que intenta fundar un club a extender por todo el país con el objetivo de derrocar al sistema, mientras que el portavoz de Ciudadanos, Diego Ubis, sería Tyler Durden (sin el atractivo de Brad Pitt, claro), un compañero de viaje con el que cumplir su sueño que termina demostrándose que son distintas personalidades dentro del mismo cuerpo.
Esperemos que su final no sea tan trágico como el de la película y ‘El Club del Pacto’ siga avanzando, aunque a veces también derive en ‘El Club de la Comedia’, como cuando el consejero Carlos Cuevas aseguró que en el PP está la gente “de centro” y “centrada” o que llevaba en la mano cuatro documentos que firmaban “la historia de un éxito colectivo” sobre las infraestructuras en La Rioja. Si hay que quedarse con un club, mejor nos quedamos con el Club Deportivo Logroñés.
